En la Universidad Nacional, cuidar a la comunidad también significa tejer redes solidarias. Desde la Facultad de Ciencias Económicas (FCE), la iniciativa Apoyo Solidario demuestra que el bienestar universitario va mucho más allá de los libros y las aulas: se trata de acompañar, compartir y construir comunidad.
Apoyo Solidario nació hace dos años y hoy reúne dos proyectos hermanos: "Dar es Dar", una campaña de apoyo alimentario, y el "Banco de Alimentos y Elementos", que recibe donaciones para estudiantes que enfrentan situaciones económicas difíciles.
El programa Dar es Dar invita a toda la comunidad universitaria —estudiantes, docentes, egresados y funcionarios— a donar desde $2.000 en adelante, para juntar el valor que corresponde al costo de un almuerzo en la cafetería de Derecho, con la que existe una alianza directa. Las donaciones se registran cuidadosamente y se destinan a estudiantes de la FCE que no alcanzaron a entrar en las convocatorias de apoyo alimentario que brinda la Universidad. "Hay personas que donan cada mes sin falta. Ya saben que con un pequeño aporte ayudan a que alguien pueda almorzar ese día", comenta Andrea Cabrales, coordinadora de la iniciativa.
Los beneficiarios de estos almuerzos se eligen a partir de una base de datos construida desde los espacios de escucha de la facultad. "A veces los estudiantes no se atreven a decir que tienen dificultades, pero cuando lo hacen, buscamos que encuentren aquí un lugar de apoyo".
El Banco de Alimentos y Elementos complementa esta labor con campañas que recolectan productos no perecederos, útiles, ropa, libros o materiales de estudio. Todo en buen estado y con un mismo propósito: aliviar necesidades cotidianas que muchas veces se convierten en obstáculos para la permanencia académica. Este año, por ejemplo, un profesor donó una colección de libros y se organizó una cambiatón: cada ejemplar se entregaba a cambio de alimentos o artículos de papelería. Con esos aportes, el equipo armó anchetas solidarias que fueron entregadas a estudiantes identificados en situación de vulnerabilidad.
"Nos dimos cuenta de que la falta de recursos, incluso de cosas pequeñas como una maleta o una chaqueta, puede influir en la deserción. Este banco ayuda a que los estudiantes se sientan más seguros y acompañados", cuentan Andrea Cabrales y Natalia Suárez, quienes se encargan de coordinar los programas.
Además de alimentos y útiles, el banco también recibe artículos de aseo personal, como toallas higiénicas, tampones y protectores. Una meta a corto plazo es instalar cajas en los baños de la facultad con la consigna: "Si la necesitas, tómala; si puedes, dona".
Más que una ayuda puntual, Apoyo Solidario es un acto de empatía universitaria. Para quienes donan, es una forma concreta de tender la mano. Para quienes reciben, es un recordatorio de que no están solos. "Cuando un estudiante recibe un mercado o un almuerzo, es un problema menos del que preocuparse esa semana. Tal vez no solucionamos todo, pero contribuimos a su bienestar y a su salud mental", resaltan las coordinadoras.
El proyecto está abierto a toda la comunidad. Quienes deseen donar pueden acercarse a la oficina de Bienestar de la FCE o comunicarse por correo para recibir los códigos QR de donación. También pueden entregar alimentos, ropa o materiales directamente en la facultad.
Cómo sumarte
Dona un almuerzo: desde $2.000 pesos a través de los códigos QR o la cuenta de la cafetería de Derecho.
· Aporta elementos: útiles, libros, ropa o productos de aseo en buen estado.
· Difunde la iniciativa: hablar también es una forma de donar.
Porque en la UNAL, dar también es cuidar. Y cada gesto solidario hace del campus un lugar más amable, más humano y más nuestro.