La Universidad Nacional celebró el Día Mundial de la Salud Mental con una experiencia inmersiva de música y reflexión.
En medio del ritmo acelerado de la vida universitaria, detenerse también es una forma de cuidar(se). El pasado mes de octubre, la Dirección de Bienestar Universitario, a través del Área de Acompañamiento Integral (AAI), conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental —10 de octubre— con una propuesta diferente: "Sound Experience: un viaje sonoro con arpa, cuartetos de cuerdas y visuales inmersivos", una invitación a reconectar con la calma interior.
La actividad estuvo coordinada por Angélica López, trabajadora social del AAI y arteterapeuta. Se realizaron dos sesiones en las que más de sesenta personas se acostaron sobre colchonetas, cerraron los ojos y se dejaron llevar por el sonido del arpa y las imágenes envolventes. "Vivimos sobreestimulados. Este espacio simplemente buscó permitirnos estar, bajar la revolución y conectar con nosotros mismos", explica Angélica.
La propuesta fue realizada en alianza con Alejandro Díaz, arpista de la Filarmónica Juvenil de Bogotá, quien ha desarrollado experiencias de meditación a través del sonido. Desde el primer acorde, la experiencia fue un respiro colectivo: hubo quienes se quedaron dormidos, quienes sintieron ganas de llorar y quienes salieron con el corazón más liviano.
Para muchos de los asistentes, esta fue una pausa necesaria entre clases, trabajos y exigencias académicas."Es un espacio que permite salir de la rutina y del estrés de la universidad", comentó Frank Forero, estudiante participante. "Uno no siempre puede ir a un lugar como psicología, así que estos espacios más autónomos son una forma de manejarlo". "Me parece chévere que existan estos espacios para el cuidado y la reflexión. A veces pensamos que no los necesitamos, pero nunca está de más detenerse y pensar", añadió Diego Monroy.
Otros, como Manuel Sánchez, destacaron el valor de tener estos encuentros dentro del campus: "La música fue muy buena, le permite a uno liberarse, distraerse. Estos espacios ayudan a descansar y desestresarse, y es importante que la universidad los ofrezca aquí, sin tener que buscarlos en otro lugar".
También estpan quienes ya habían escuchado de esta experiencia: "Me pareció muy bonita, con un aporte musical impresionante. Ya había estado en otros escenarios, como el Planetario de Bogotá, y fue una gran oportunidad tenerlo acá, en casa", compartió una de las estudiantes que asistió. "La universidad y la vida diaria nos piden tanto que a veces funcionamos en piloto automático. Estos momentos son necesarios para parar, respirar y dejar descansar la mente", añadió.
Más allá del evento, esta iniciativa hace parte de un esfuerzo sostenido por promover el autocuidado y la conciencia emocional en la comunidad universitaria. "Es importante recordar que el descanso no es un lujo, sino un derecho —añade Angélica—. Pausar, respirar y contemplar también es parte del bienestar".
Cada nota, cada respiro y cada silencio fueron un recordatorio de que la salud mental también se cultiva en comunidad. Porque en la Universidad Nacional, cuidarse es un acto de conciencia y también de pertenencia.
1. Haz pausas conscientes.
Cierra los ojos unos minutos al día, respira profundo y reconecta contigo.
2. Desconéctate de las pantallas.
Regálate momentos de silencio y descanso visual.
3. Observa cómo te sientes.
Reconocer tus emociones sin juzgarlas es el primer paso para gestionarlas.
4. Busca contacto real.
Compartir con otros alivia tensiones y fortalece los lazos.
5. Recuerda: descansar no es perder el tiempo.
El descanso también es productividad emocional.