Durante los días 14, 21 y 28 de octubre, un grupo de estudiantes de distintas carreras de la Universidad Nacional se reunió para aprender algo poco habitual: construir robots musicales con tecnología de bajo costo.
El taller, llamado “Autómatas sonoros con Loutek”, fue una invitación a explorar el arte sonoro desde la experimentación con materiales accesibles, creatividad sin límites y una premisa sencilla: hacer música con lo que hay a la mano.
La propuesta estuvo a cargo de Lilo Letona, artista sonora salvadoreña con formación en música y maestría en arte sonoro, junto con Luisa Fernanda Hernández, coordinadora del proyecto UN parche, un grupo interdisciplinario de la UNAL que a través de este proyecto busca acercar la tecnología y el arte a toda la comunidad universitaria. "Low tech significa baja tecnología, pero no baja calidad”, explica Lilo. “Trabajamos con herramientas asequibles —como el Arduino y componentes reciclados— para mostrar que no se necesita mucho para crear, solo curiosidad y ganas de experimentar”.
El taller combinó tres dimensiones: la escucha, la técnica y la creación. En la primera sesión, los participantes realizaron ejercicios de sensibilización auditiva, explorando los sonidos del entorno y aprendiendo a escuchar de forma activa. Después, pasaron a la construcción de circuitos y al programado de microcontroladores Arduino para generar sonidos electrónicos. Finalmente, cada estudiante dio vida a su propio autómata sonoro, ensamblando materiales reciclados, sensores y componentes electrónicos para crear máquinas que “tocan” melodías o ritmos de manera autónoma.
“Lo que más me gustó fue poder reforzar lo que sabía de electrónica, pero aplicado a la música”, cuenta Sergio Meneses, estudiante de Ingeniería Electrónica. “Además, conocer gente de otras carreras con los mismos intereses lo hace aún más bacano”.
El espíritu del proyecto Loutek es democratizar el acceso al arte tecnológico. Su filosofía low tech promueve la reutilización, el aprendizaje colaborativo y la exploración sin miedo al error. "Queremos que la gente pierda el miedo a la tecnología. Que vea que programar o armar un circuito también puede ser un acto artístico y liberador", comenta Lilo.
Los talleres están abiertos a toda la comunidad universitaria —sin necesidad de conocimientos previos— y buscan fomentar la interdisciplinariedad, la experimentación colectiva y la creatividad como forma de bienestar. En palabras de la tallerista: "Estos espacios ayudan a desbloquear la mente y a expresar lo que sentimos con sonidos, luces o movimiento. Es como pintar, pero con cables y melodías".
Tras el éxito del primer ciclo, el grupo Loutek planea realizar nuevas versiones del taller con enfoque en arte interactivo, reciclaje electrónico y performance sonoro porque en la Universidad Nacional de Colombia, la innovación también suena entre risas, resistencias, y circuitos que laten al ritmo de la imaginación.