La tuna es una institución universitaria que mantiene vivas las costumbres heredadas de los estudiantes que en la antigüedad, por su condición económica no podían costearse su estancia en la universidad y trovaban con sus guitarras y bandurrias, cantaban coplas populares por las calles y mesones para conseguir algo de dinero y un plato de sopa.

Con la entrada de la mujer al espacio universitario surgieron las tunas femeninas, objeto de fuertes críticas, por parte de movimientos puristas que arguyen que “tuna solo hay una” porque inicialmente fueron conformadas únicamente por varones. También, la inexistencia de registros documentales del surgimiento del movimiento femenino y el carácter sociocultural que tiene el hecho de llevar estilo de vida bohemio para una sociedad aún machista, han sido tópicos que abordan dichas críticas hechas por los defensores del “negro menester”.

Dentro del contexto colombiano, la Tuna Femenina de la Universidad Nacional fue fundada el 12 de abril de 2002, como  iniciativa de la entonces estudiante Laura Bibiana Pinilla (hoy docente de la Universidad) como un proyecto estudiantil de la Facultad de Medicina, respaldado por el Programa de Gestión de Proyectos y la Dirección de Bienestar de la respectiva facultad. Para justificar su existencia fue necesaria la recopilación de firmas de la comunidad universitaria.

Los inicios de la agrupación fueron sin duda tiempo de retos, como el darse a conocer ante la comunidad universitaria, la construcción del repertorio e imagen, formación musical y de “mística” frente a la tradición de las tunas.

La tuna ha contribuido en la formación integral de las estudiantes, ya que exige horas de ensayos y sacrificios para asistir a los eventos programados y aún así se mantienen buenos promedios académicos, bajo la consigna de ser “Las Mejores” en todos los contextos donde se desempeñen.

El orgullo de ser tuna
Su trayectoria de una década ha contado con destacadas participaciones en festivales universitarios, municipales y presentaciones de beneficencia. Con esa experiencia, la Tuna Femenina de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional pasó de ser invitada a ser organizadora de dos festivales, el primero de ellos tuvo lugar en el Auditorio León de Greiff  en 2008, y el segundo en 2009, con la presencia de tunas internacionales.

A comienzo de 2006 la Tuna Femenina viajó a Chile para representar a la Universidad en La Serena e Isla de Maipo, donde se obtuvo el “Premio al Mejor Pandero”, hecho reportado en los diarios chilenos bajo el titular “Las colombianas se robaron el show en Chile”. A este reconocimiento le siguieron invitaciones para actuar en Viña del Mar, Valparaíso, Melipilla y Santiago. En el 2008 realizó con éxito su segundo viaje al exterior a Arequipa - Perú al XVIII Encuentro Internacional de Tunas, dejando en alto el nombre de nuestra Alma máter en tierra Inca.

En mayo de 2011, la tuna participa en el I Certamen de Tunas Femeniles de la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), donde obtiene los reconocimientos de “Mejor solista”, “Mejor pandereta” y “Tuna más tuna”. Dentro de sus participaciones en diferentes festivales también ha obtenido premios a “Mejor capa”, “Mejor bandera”, “Tuna simpatía”, “Mejor pasacalles” y “Mejor instrumental”.

Este espacio de formación artística ha sido un laboratorio para adquirir habilidades musicales como cantar o interpretar algún instrumento, pero sobretodo para desarrollar competencias personales e individuales como vencer la timidez, hablar en público y generar vínculos de amistad.

Actualmente, en el marco de la celebración de su décimo aniversario, la Tuna Femenina convoca a nuevas estudiantes, no sólo de Medicina, sino de otras facultades de la Universidad Nacional que se identifiquen con esta costumbre de andantes y  trovadores, con el objetivo de sostener en el tiempo esta interesante tradición estudiantil.