(Dirección de Bienestar, 13 de noviembre de 2014) La jornada, que buscaba socializar las experiencias significativas de orientación estudiantil de las universidades de los Andes, el Rosario, La Sabana, la Santo Tomas y la U.N., se enfocó en la visibilización de las acciones generadas por las IES en los momentos de pre-admisión, admisión, época de estudio y egreso a la vida laboral.

Así, los 80 asistentes conocieron los talleres de orientación vocacional y las clases de inmersión a la educación superior, que realizan en los colegios, las universidades de los Andes y Santo Tomás como parte de las actividades en la época de pre-admisión.

“Nuestro quehacer comienza desde antes de que el estudiante sale del colegio, cuando se hace dos preguntas esenciales: ¿Qué carrera voy a hacer?, ¿A qué universidad voy a ir? De allí hacemos implementamos una serie de estrategias para orientar a los estudiantes de último grado, en el tránsito de la educación media a la superior”, explicó Oscar Hernández, ponente de la Universidad Santo Tomás.

En cuanto al momento de la admisión, los encargados del acompañamiento en cada institución, coincidieron en mantener la alianza permanente con las áreas de registro, que facilita la caracterización de la población admitida, la cual arroja datos socioeconómicos y académicos.

“El Acompañamiento debe darse a partir del contexto, porque eso determina realmente cuáles son los focos de acción desde donde se va a trabajar, conociendo las necesidades de la población que atendemos”, resaltó Zulma Camargo, jefe del Área de Acompañamiento de la U.N.

Asimismo, se destacó la importancia de realizar una serie de acciones de inducción que faciliten su nueva etapa educativa y estrechar lazos con los padres de familia, que juegan un papel fundamental en el proceso de acompañamiento, “como una red de apoyo que se articula a través de talleres y escuelas de padres”, manifestó Hernández.

Por su parte, Sandra Olaya Barbosa de la U. del Rosario, hizo hincapié en que se debe impulsar la comunicación entre el padre y el estudiante, “cuando el padre de familia pide información académica del alumno, lo primero que incentivamos es la comunicación, partiendo de la mirada de que el joven es autónomo y el padre de familia está en todo su derecho de indagar sobre el proceso de su hijo, por lo que siempre involucramos a los dos actores”.

Durante la vida universitaria, las instituciones coincidieron en la importancia del acompañamiento durante los tres primeros semestres, ya que es el tiempo en que se presentan los mayores casos de deserción estudiantil por procesos académicos. Para el caso de la Nacional, en este período se ofrecen una serie de talleres para nivelación académica y en habilidades sociales y de estudio.

En este proceso, la intervención de los docentes es crucial, teniendo la responsabilidad de brindar asesoría académica a los estudiantes durante toda su vida universitaria. Aspecto que se calificó como una falencia en el acompañamiento, pues “no tienen el suficiente tiempo, dada la gran carga laboral como profesores, investigadores y asesores académicos”, agregó Barbosa.

Finalmente, en la etapa de salida hacia la búsqueda de empleo, se destacaron acciones como la feria Proyéctate U.N., que acerca los universitarios a las empresas y su quehacer institucional. Y el importante papel que juegan los egresados en términos de redes de apoyo, como en el caso de la U. de los Andes.

Dentro de las falencias, la profesional Johana Huérfano, represéntate de La Sabana, resaltó que “no se cuenta con el personal suficiente para cubrir toda la demanda”. Además, las instituciones tiene la necesidad de implementar un sistema de alertas tempranas, incrementar los esfuerzos por mejorar la inclusión de los jóvenes en situación de discapacidad y generar un plan de acción para los adolescentes que ingresarán el próximo como beneficiarios de las 10 mil becas que ofrece el Gobierno Nacional.

“Esta es una excelente oportunidad para conocer las estrategias, de otras universidades que están muy avanzadas en el tema y así poder replicar acciones al interior de nuestra institución” expresó Raquel Montaño, psicóloga de la Universidad de San Buenaventura, Bogotá.