Al Punto de Acompañamiento de Bienestar acuden los estudiantes que necesitan asesoría en temas como trámites académicos, administrativos, frente a crisis emocionales o socio-afectivas y apoyo en el desarrollo de habilidades académicas y sociales. Sin embargo, en 2011 las profesionales que brindaban la atención personalizada recibieron por semestre cerca de 2.500 y 2.800 jóvenes que evidenciaban falencias en estos dos últimos aspectos y que las ochos citas que atendían a diario no daban abasto con la demanda.

Aunado a ello, en 2012-I se llevó a cabo una encuesta con 500 estudiantes recién admitidos a la Universidad, donde un alto porcentaje señalaba la necesidad de recibir refuerzos en concentración, expresión oral, comunicación con pares, hábitos de estudio, etc.. Por ello desde el semestre pasado se dio inicio a los ciclos de formación en estas líneas, con el fin de trabajar temas específicos, brindando herramientas básicas a los estudiantes para desarrollar habilidades académicas y sociales, que permitan un mejor de-sempeño en su vida profesional.

“En en el marco de estos talleres se realiza un diagnóstico que les permite a los chicos saber en qué están fallando y así poder trabajar a profundidad durante la consulta individual.”, señala María Angélica Casadiego, coordinadora del Programa.

Desde 2001 se llevan a cabo talleres introductorios sobre éstas temáticas con los alumnos de primer semestre. No obstante, esta experiencia evidenció la necesidad de abordar estas habilidades desde la fonoaudiología, pero además orientarlas a estudiantes de todos los niveles. “Hemos tenido personas de octavo semestre y de posgrado, quienes sienten que tienen fallas en redacción, lectura, a la hora de hablar en público, y saben que estos son impedimentos para rendir a plenitud como profesionales.” Explica Vanesa Amarillo, fonoaudióloga y tallerista.

Auto-identificación de falencias

El trabajo en cada taller incluye un componente teórico y uno práctico, y están diseñados para que a través de cada sesión sea el estudiante quien identifique en qué está fallando y apropie las herramientas brindadas en su cotidianidad. En la línea de Atención, Concentración y Memoria se trabajan tres sesiones. La primera de carácter introductorio para conocer a los jóvenes y que ellos compartan sus expectativas, en la segunda se da un vistazo a la teoría frente al tema a través de documentos y videos relacionados con pruebas hechas con otras personas que demuestran lo que puede ocasionar la falta de atención. En la última sesión se realiza el trabajo práctico con diferentes ejercicios y competencias.

Los avances en cada estudiante son evidentes: “tuve la oportunidad de asistir a este taller y me di cuenta que estoy como en el promedio, ni muy buena, ni muy mala, pero recibí herramientas que me han servido para mejorar mucho”, expresa Ayda Ramos de primer semestre de Filología en inglés. Así lo reafirma Omar Ángel, futuro economista “a veces estoy en clase y me disperso mucho, entonces recuerdo lo que cuesta no estar atento y aplico las claves del taller”.

En cuanto a Comprensión de lectura y Producción de texto consta de dos sesiones, en la primera se hace un ejercicio práctico a través del cual se lleva a cabo el estudio teórico, para finamente hacer la retroalimentación y reflexionar individualmente en qué se está fallando y qué se debe hacer. Para el segundo encuentro se desarrollan ejercicios prácticos por medio de juegos de asociación, agilidad mental y fortalecimiento de vocabulario.

“Tomé la decisión de asistir al taller porque tengo varios problemas a la hora de leer, no capto bien la idea principal, me toca leer varias veces y en muchos casos debo buscar ayuda visuales y auditivas para poder comprender”, explica Andrés Hurtado, estudiante de cuarto semestre de Farmacia.

El ciclo se cierra con Habilidades sociales, donde los asistentes reciben técnicas para hablar en público. “A diario recibimos muchas consultas por personas que sienten mucho temor a la hora de exponer o participar en clase, sin embargo es un tema que no se puede trabajar en consulta individual sino en grupo”, resalta Vanesa Amarillo.

Ante este panorama, Amarillo desde la fonoaudiología y la psicóloga Carolina Rojas decidieron afrontar esta línea desde dos frentes: por un lado lo que tiene que ver con el manejo de la ansiedad y el estrés en el momento de pararse a hablar, y por otra parte lo referente a la postura corporal, la dicción, el volumen y tono de la voz.

Junto al aspecto teórico, se desarrollan ejercicios frente a cámara, grabando a cada estudiante en exposición para posteriormente revisar cada video y analizar en qué se está fallando, y así canalizar el trabajo de cada persona. “La habilidad de hablar en público no es sólo para la academia o para algunas profesiones, en algún momento de nuestra vida profesional tendremos que hacer una presentación y es ahí donde debemos mostrar nuestro profesionalismo”, destaca Casadiego.

Como complemento a estos ciclos, el Programa viene haciendo alianzas con facultades como Medicina Veterinaria y de Zootecnia, Medicina, Ciencias Económicas y Agronomía para desarrollar allí estos talleres.