Parra Moreno, quien nació en Barranquilla hace 16 años, dijo que su pasión ha sido la Medicina y nunca contempló otra opción para su futuro.  “Creo que es algo que tuve en mente desde que tengo uso de razón”, explicó el futuro médico.

Asegura Parra, egresado del Colegio de Nuestra Señora del Rosario de Floridablanca Santander, que siempre contó con el apoyo moral y emocional de sus padres, ya que el económico fue precario. “Estudiar Medicina en una universidad privada estaba lejos para mí, por eso me propuse con mucha disciplina conseguir la admisión en la Nacional y en este segundo intento logré el cupo”, manifestó Luis Felipe.

El joven admitido, hijo de un militar retirado y de una profesional en Auditoría, cuenta que ya se trasladó a Bogotá con su señora madre y en Floridablanca quedó su abuela, un tío y un primo con quienes vivía desde hacía años.

El mensaje que envía para los aspirantes es que se preparen naturalmente “Hay que estar relajado y confiar en lo que uno sabe”, admite Parra, quien agrega que el que persevera alcanza y que es necesario fijarse metas “Yo lo hice. Siempre supe lo que quería y me esforcé para lograrlo”, concluyó.

Nubia López, coordinadora de Calificación de la Dirección Nacional de Admisiones, nos explicó que para la calificación del examen, que contiene ciento veinte (120) preguntas de opción múltiple con única respuesta, se utiliza el modelo de Rasch. “Para cada aspirante se obtiene un nivel de habilidad en cada componente evaluado: matemáticas, ciencias, sociales, análisis textual y análisis de la imagen, y corresponde a la probabilidad que tiene el aspirante de responder, de manera correcta, un ítem con un determinado nivel de dificultad”, subrayó  la funcionaria.

En ese sentido, Luis Felipe obtuvo un puntaje estándar que lo situó por encima del promedio “Personas como él, que alcanzó el mejor desempeño, se ubican en un muy pequeño porcentaje de mayores y mejores respuestas”, destacó  la profesional.