(Bienestar Sede Bogotá, 15 de noviembre). “La evaluación en Colombia es adecuada, tiene técnicas robustas y confiables para establecer qué revelan los estudiantes a través de su respuesta en una prueba, pero tal vez el problema es la falta de uso de esos resultados, pues simplemente se convierten en una estadística que no pasa de ser eso”.

Esta será una de las tesis que el ex representante del Laboratorio Latinoamericano para la Evaluación de la Calidad de la Educación (Llece) de la Unesco Daniel Bogoya planteará el 24 de noviembre ante un auditorio de más de 700 asistentes, entre educadores, padres de familia, investigadores, escolares y expertos internacionales.

Bogoya intervendrá en la conferencia “Evaluación escuela y sociedad” en el marco del Primer Encuentro Internacional de Educación y Pedagogía, con motivo de los 50 años del Iparm. Su ponencia retomará no sólo su larga trayectoria en el campo de la evaluación en el contexto escolar, sino precisamente su trabajo con el maestro Manuel Vinent en proyectos de evaluación de competencias básicas para Bogotá.

Ese capital intelectual le permite afirmar además que desde hace muchos años la investigación dice que la jornada escolar debe ser más larga, porque se ha comprobado que a mayor tiempo de escolaridad se genera más aprendizaje”, señala Bogoya.

Tras impulsar en sus distintos cargos y proyectos la inclusión de todos los actores del proceso educativo: padres de familia, docentes, estudiantes, Estado y directivas, con el fin de fomentar una pedagogía activa donde la evaluación no se quede en una nota, el decano José Daniel Bogoya considera que “el resultado de un buen estudiante lo garantizan un buen profesor, buena escolaridad, buenos libros, buenos laboratorios, buena pedagogía, buenas prácticas de aula, trabajo en casa, trabajo en grupo y estudiar, pero qué es estudiar: es indagar, leer, interpretar y argumentar”.

Con respecto a la repitencia su postura es clara. Según él, algunos docentes y padres piensan que cuando un niño obtiene un bajo resultado en su evaluación es mejor que repita el año, sin embargo “la investigación habla del trauma que representa este hecho para el niño y su familia, entonces se recomienda que el niño continúe con sus compañeros pero con asesorías para que se nivele y supere sus dificultades”, explica el profesor.

A cambio, los resultados obtenidos a través de una prueba deben ser socializados con el estudiante y en caso de falencias en algún aspecto, es ideal diseñar estrategias que permitan superarlas. Para el maestro los parámetros claves de una correcta evaluación están claros, los investigadores en materia de educación han dicho qué se debe y qué no se debe hacer, pero estos conceptos no son aplicados por las instituciones educativas del país.

Daniel Bogoya formó parte del Grupo de Evaluación de la Universidad Nacional durante 15 años, entre el 2002 y el 2006, periodo durante el cual también fue director general del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior Icfes.


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