Poco a poco fueron llegando quienes conforman la gran familia de la Universidad Nacional, con la esperanza de que el viento y el clima fueras sus mejores aliados para poner a danzar por los cielos las aves, aeroplanos, osos, flores, mariposas y prototipos que con sus propias manos hicieron días atrás en el Taller de cometas organizado por Bienestar.

Aunque el astro mayor no brilló como se esperaba, el estado del tiempo colaboró y hubo vientos de sobra, sin embargo a veces las cometas se tornaban caprichosas y de la astucia de su dueño dependió que alzaran o no vuelo. Algunos lograron el objetivo y otros se quedaron en el intento, como el lápiz multicolor del Carnaval 2012 que en este espacio también hizo presencia, pero a quien los aires ese día poco favorecieron.

Pero más allá de que las cometas volaran o no, lo importante era pasar un buen rato en familia, para lo cual no importó ni el género ni la edad, desde los más pequeños a los adultos mayores disfrutaron jugando rana, cucunubá, tejo y las diferentes atracciones para grandes y chicos que el Programa de Bienestar Docente y Administrativo puso a su disposición, y que integraron a toda la comunidad.

Esta fue la ocasión ideal para que además de compartir las familias se unieran para obtener muy buenos resultados en cada actividad, con el fin de reunir el mayor número de bonos en cada competencia y lograr los mejores premios para sus hijos.

Hacia el medio día la música apareció para subir un poco más la temperatura y hacerle caso omiso a la necia lluvia que amenazaba con su llegada. Y para ello nada mejor que la picardía y buen humor de los chicos de la Tuna de la Universidad Nacional y los alegres ritmos caribeños del grupo estudiantil La flor del melón de la Facultad de Agronomía. Encendidos los ánimos los recreacionistas de la caja de compensación Cafam, pusieron a bailar a padres e hijos.
 
Al final del día, la gran recompensa fueron las sonrisas de satisfacción de las cerca de 130 personas que asistieron a esta edición del Festival, los galardonados en el concurso de cometas, los niños y niñas con los obsequios recibidos, y aunque algunos no lograron que su creación volara, recibieron el mejor premio de todos: un día en familia.