, Diciembre 13 de 2012.
Vacaciones recreativas: Salvoconducto para la diversión
Llegan las vacaciones recreativas, una propuesta que extiende el Bienestar a las familias de quienes día a día trabajan por la Universidad. Del 3 al 7 de diciembre 120 hijos de docentes y administrativos menores de 12 años se embarcarán en un viaje inolvidable de aventura, aprendizaje, cultura y deporte.
Cada semestre cuando llega la época de receso en los colegios, Narda Molina docente del departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina, está a la espera de la convocatoria para inscribir a su hijo Juan David a las vacaciones recreativas que organiza el Programa de Bienestar Docente y Administrativo.
“Siempre estoy atenta porque los cupos se agotan muy rápido y sé que a Juan le gusta mucho asistir, siempre está ansioso por saber que harán en cada salida”, señala.
Como ella, docentes y administrativos de la Universidad Nacional desde hace 15 años están a la expectativa a mitad y final de año para poder inscribir a sus hijos en esta iniciativa de la Dirección de Bienestar, que surge como un espacio para que los menores aprovechen de forma sana el tiempo libre y practiquen actividades que demás de sacarlos de la rutina contribuyen a su crecimiento personal.
Pero esta alternativa también favorece la calidad de vida de los padres. “Al cierre de cada semestre cuando finalizan las clases veíamos que los papás tenían el inconveniente de dónde dejar a sus hijos, muchos debían traerlos a la oficina o dejarlos en casa viendo televisión, por eso nacen las vacaciones”, explica Jorge Cruz, coordinador del Programa de Bienestar Docente y Administrativo.
Las actividades están pensadas para que los chicos pasen un buen rato, se diviertan y aprendan. Para este semestre la oferta incluye un recorrido por las exposiciones del Claustro San Agustín como el Mariposario, la sala de los crímenes y su exposición fotográfica de arte contemporáneo, así como un día lleno de aprendizaje sobre la fauna y flora de la Sabana cundiboyacense en el parque agroecológico Macanú.
De igual forma, los niños y niñas conocerán de primera mano cómo se elabora el pan, los ponqués, las tostadas y distintos productos de panadería en una visita a la planta de Bimbo, para luego realizar talleres manuales en el club campestre de la caja de compensación Cafam.
Luego de las visitas campestres, llega la hora de conocer más sobre la urbe y la cultura ciudadana recorriendo varios espacios de la capital. Para el último día el Programa llevará a los pequeños al parque San Felipe en La Vega – Cundinamarca donde disfrutarán de la piscina, caminatas ecológicas, juegos y el río Tobia.
Aparte del aprendizaje y la posibilidad de disfrutar de estos espacios, los padres han encontrado que lo que más disfrutan sus hijos es compartir con otros pequeños.
“A los niños les gusta encontrarse con sus compañeros del Iparm en espacios diferentes al colegio, las salidas les permiten estrechar lazos”, resalta Edgar Guasca, productor de Unimedios y padre de una niña de 6 años y un niño de 12.
La aceptación y agrado por este programa se evidencia con la rápida acogida con que cuentan los cupos.
Aunado a esto la alta calificación otorgada por los beneficiarios del servicio durante los tres últimos años, lo ubican como uno de los mejores para los niños en su período de descanso.
“Esperamos poder ampliar el número de cupos en la medida que el presupuesto lo permita, ya que el 85% de las vacaciones las financia Bienestar y el resto equivale al aporte de los padres que van entre $60.000 y $80.000 dependiendo de sus ingresos”, explica Cruz.
Para este año 120 niños y niñas disfrutarán de las vacaciones recreativas, de los cuales 96 son hijos de administrativos y 14 de docentes.