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Humo invisible, efectos reales: conciencia para un campus más amable

31 de agosto de 2025

¿Conoces el humo de segunda y tercera mano? Es el humo que que exhalan los/as fumadores/as y queda en el aire o impregnado en las cosas. Este tipo de humo no solamente afecta a quienes fuman, sino a quienes habitan esos mismos espacios. Acá te contamos más.

En nuestro campus conviven muchas formas de vida, costumbres y hábitos. Sin embargo, algunos de ellos tienen efectos que van más allá de quien los practica. Tal es el caso del humo del tabaco y otras sustancias, que aunque pueda parecer inofensivo en espacios abiertos, tiene implicaciones reales para quienes lo respiran, incluso sin ser fumadores.

La doctora Adriana Marcela Ortega, médica cirujana de la UNAL y médica de la división de Salud Estudiantil, explica que existen distintas formas de exposición: el humo de segunda mano, o lateral, que proviene tanto de la combustión del cigarrillo como de lo que exhala la persona fumadora, y el humo de tercera mano, que son los residuos que se adhieren a la ropa, el cabello, los muebles o las paredes.

Este humo puede provenir del cigarrillo, del tabaco, de la marihuana e incluso de los cigarrillos eléctricos, sin embargo, existen diferencias en su composición química y el perfil toxicológico. Por ejemplo, el cigarrillo con filtro contiene un poco más el alquitrán y otras partículas pero no elimina el monóxido de carbono u otros compuestos volátiles. Los tabacos o puros, y la marihuana, por el contrario, contienen mayor cantidad de alquitrán. 

El humo afecta no solo a quienes fuman, que además han desarrollado una tolerancia fisiológica a la nicotina, sino también a quienes comparten el espacio con ellos y de distintas maneras. Algunos de los grupos se pueden clasificar en:

- Niños y niñas: pueden desarrollar más fácilmente asma, bronquitis, neumonía, otitis y hasta alteraciones en el desarrollo neurológico.

- Mujeres embarazadas y bebés: el humo atraviesa la placenta y se asocia con bajo peso al nacer, parto prematuro o muerte súbita del lactante.

- Adultos mayores y personas con enfermedades crónicas: tienen mayor riesgo de complicaciones respiratorias y cardiovasculares.

- Mascotas: también se ven afectadas, incluso si no están directamente cerca del humo. Solo con el hecho de vivir con una persona fumadora, tendrá efectos en su salud.


Más allá de lo médico, la doctora Ortega insiste en que se trata de un asunto de salud pública:

“El fumar se ha normalizado durante décadas, pero hoy sabemos que el humo afecta a todos y todas, incluso a quienes no fuman. Según la OMS, cada año más de 1,2 millones de muertes en el mundo son atribuibles a la exposición al humo de segunda mano”.

Algunos de los cuidados que se pueden tener para que el humo de una persona fumadora no le llegue a otros/as son: el/la fumador/a debe permanecer a una distancia de 7 a 10 metros de distancia; cambiarse la ropa al llegar luego de fumar, lavarse las manos despúes de fumar y evitar fumar en espacios cerrados.

En este sentido, la reflexión es colectiva: fumar es una decisión personal, pero proteger a quienes nos rodean es una responsabilidad compartida. Reconocer que el humo permanece más allá del acto de fumar y que impacta en la salud de otros es un paso importante para construir un campus más amable.

 

 

Redactó: Carolina Crosby Jiménez.
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