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La violencia de género, un episodio cotidiano en la sociedad colombiana y el mundo

29 de noviembre de 2019

El 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. Sin embargo, el fenómeno de la violencia de género se ha expandido de tal forma que hoy en día mujeres, hombres y niños son víctimas de discriminación y violencia diaria en Colombia y en muchos lugares del mundo, sin importar el respeto que se debe tener por los derechos humanos.

Paulie Calderón es un ejemplo claro de la violencia de género que se vive en la sociedad. Hoy, es una mujer transgénero que desde pequeña vivió momentos de rechazo por su condición e inclinación sexual. Luego de un tiempo, su familia la apoyó completamente, así como el gobierno colombiano lo hizo, y  le manifestó su soporte en materia de red de servicios médicos y sicológicos para que le ayudaran a lidiar con la violencia de género a la que estaba expuesta. De igual modo, al presentar infección de VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) por medio de la EPS pudo obtener tratamientos antirretrovirales. Adicionalmente, ha sido a través del sistema de salud colombiano que ha podido adquirir el tratamiento de reemplazo hormonal.  Según Paulie todo esto ha sido posible por las luchas  sociales y legales que muchos colectivos del LGBTIQ (lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual y queer) han liderado.

A pesar de ese apoyo, Paulie ha sido privilegiada porque aún existe mucha discriminación: “Estoy agradecida con la vida porque soy una persona con privilegios que me han permitido tener acceso a estas ayudas gubernamentales; pero no todas las personas tienen esa posibilidad. Por ejemplo, un desempleado o desempleada, un campesino o un indígena, una prostituta, definitivamente, no van a correr con la misma suerte, y eso es algo muy doloroso”.

Desafortunadamente la violencia se percibe en diversos escenarios, la casa, el trabajo, la calle, etc. y todo esto es una cadena que va generando más violencia y discriminación hacia las personas, haciendo que se vean tan afectadas que terminan experimentando ambientes y momentos difíciles donde ponen su propia vida en peligro.

“Es triste como uno es tan vulnerable. Todo comienza desde la casa porque si en el hogar donde están los seres queridos no hay apoyo, pues automáticamente la persona busca compañía y se une con seres parecidos o que estén pasando situaciones similares; es decir, les obligan a salir a la calle en búsqueda de soluciones, de afecto, de ir a buscar que alguien les respete. Si en el lugar de trabajo también hay violencia por la condición sexual y la persona siente rechazo pues no va a poder tener oportunidades de trabajo óptimas y le afectará de tal forma que todo se termina desencadenando en una costumbre callejera donde se expone a diversos aspectos que pueden atentar contra su propia vida. Si la sociedad te cierra oportunidades, ellos mismos te están sacando a la calle, eso es violencia en todos los sentidos”, indicó Paulie.

El campo laboral es otro ámbito social donde existe violencia. Al conocer la hoja de vida de Paulie Calderón, muchas personas podrían pensar que debido a su formación académica ha tenido muchas oportunidades laborales, pero la realidad no es esa totalmente. “Puedo decir que me gradué de una universidad que ha apoyado siempre la diversidad sexual, siendo estudiante tuve la oportunidad de ser la presidente del círculo LGBT (lesbianas, Gais, Bisexuales y transgénero) y siempre tuve apoyo de diversos sectores de la institución. En mi carrera la gente era más liberal y eso es un aspecto importante, pero independientemente de eso, a mí me tocó migrar a Dinamarca, lugar donde vivo actualmente. Si hoy en día existen dificultades para ubicarte laboralmente siendo cisgénero (personas que se identifican con el género asignado en el momento de nacer) es más difícil cuando haces parte de la comunidad del LGBTIQ”, expresó la profesional.

En este sentido, Paulie Calderón no ha perdido el tiempo, por lo que se ha dedicado a estudiar; ha trabajado en temas científicos en Dinamarca, siendo consultora; pero esto no le ha impedido ser víctima de violencia en diversos escenarios en Europa; tanto con bromas y discriminación por compañeros de trabajo, aspecto de desigualdad y violencia de género directa, lo que la lleva  a expresar que tanto a Colombia como al viejo continente, les falta crecer en temas de tolerancia y respeto frente a la diversidad de las personas.

Transformando realidades

A la hora de pensar en soluciones que ayuden a disminuir la discriminación y la violencia de género en los diversos escenarios, Calderón sugiere que las universidades y las empresas opten por contratar más personas transgénero además de otros miembros de la comunidad LGBTIQ, ya que de esta manera se fortalece su crecimiento económico, profesional y académico.

En materia de generar ayuda a personas que sean portadoras del VIH, la activista Calderón, propuso que las universidades deben consultar y replicar campañas de instituciones que ya están haciendo adelantos para apoyar a las personas con el virus. Esto implica que las organizaciones realicen conferencias con invitados expertos en el tema; que busquen y logren tumbar prejuicios sobre el virus, la infección y personas seropositivas (personas con anticuerpos del SIDA); todo esto, con el objetivo de controlar y ayudar una situación relevante dentro de la sociedad y que en muchos casos por falta de apoyo e información las personas se hunden en el problema.

De igual modo, expresó que lo más importante es que desde los hogares exista apoyo y respeto por las inclinaciones sexuales de los hijos. “La familia es la base de la sociedad, y es es allí donde se deben concentrar los valores y principios fundamentales para que el respeto al otro se cumpla a cabalidad”. Por esto, hace una invitación a la comunidad universitaria y a la ciudadanía en general a reflexionar acerca de la aceptación de los hijos y a respetarlos totalmente sean cual sean sus gustos y preferencias.

Otro de los consejos que la conferencista expresó a los asistentes es que la sexualidad no debe ser motivo de pena y que debe vivirse con responsabilidad y empatía. También hizo énfasis en que el rechazo que viven muchas personas en la sociedad es un aspecto que debe cambiar y transformarse para sentirse mejor cada día. Para esto, les sugiere que busquen ayuda y apoyo en las diversas organizaciones para tener un país mejor que acepte, apoye y respete la diferencia.

 

Natalia Romero Portela 

Oficina de Comunicación Bienestar Universitario sede Bogotá. 

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