Considerando que la UNAL es una institución pública y multicultural, cada semestre ingresan diversos estudiantes de diferentes rincones del país, mediante los programas de admisión especial. Uno de ellos, el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama), recibe a los estudiantes que provienen de las sedes de presencia nacional como: Orinoquía, Amazonía, Tumaco y Caribe, que ya han cursado dos o tres semestres en su lugar de origen y hacen movilidad a las sedes andinas como Bogotá, Medellín, Manizales y Palmira para continuar sus estudios profesionales.

De igual modo, la Universidad cuenta con el Programa de Admisión Especial (Paes) que permite el ingreso de estudiantes de diversos lugares del país en condiciones de vulnerabilidad; muchos de ellos son bachilleres de municipios y zonas apartadas, estudiantes de comunidades afro y víctimas del conflicto, así como estudiantes de Bogotá de estratos 1, 2, y 3 que llegan en situaciones de riesgo.

Es así como la Universidad recibe a estudiantes de distintas procedencias, con diversas costumbres, culturas y conocimientos. Por esto, es fundamental realizar un filtro de admisión donde se perciban las falencias con las que llegan algunos de ellos y orientar ayudas para mejorar sus condiciones.

Adriana Hurtado Nieto, trabajadora social del área de Acompañamiento Integral nos indicó algunos factores que se perciben en el ingreso de los nuevos estudiantes y que pueden afectar su rendimiento académico y emocional.

Factor Socioeconómico: Muchos estudiantes vienen de zonas vulnerables del país y sus condiciones económicas no son las mejores. “Llegar a Bogotá es una ciudad costosa que implica un esfuerzo grande para muchos jóvenes y sus familias en materia de alojamiento, transporte, alimentación, entre otros; puesto que no cuentan con los recursos suficientes para cubrir todas las necesidades”.

Factor Académico: Hace referencia a las falencias que se traen desde la educación básica y media a nivel de conocimientos en matemáticas, lectoescritura, química, cálculo, etc. generándoles dificultades en el desarrollo de su carrera.

Factor Psicosocial: Varios de los estudiantes que llegan a la sede Bogotá son de otras ciudades o municipios pequeños y su llegada a la capital es un aspecto que les afecta a la hora de ubicarse y desenvolverse. “Bogotá es muy grande, es una ciudad impersonal porque cada persona está en lo suyo. Muchos jóvenes vienen de lugares donde todo el mundo se conoce con todo el mundo y esto les ayuda a relacionarse más fácil; en cambio Bogotá no permite eso; llegan a vivir solos, a cocinar cosas ligeras, duermen en lugares desconocidos y empiezan a entrar en un proceso de soledad desde la segunda o tercera semana de haber ingresado. A pesar de que están en lugares nuevos, la ausencia de no tener  sus cosas y las personas a los que están acostumbrados les afecta de una manera importante”, afirmó Hurtado.

Relaciones de Pareja: Algunos jóvenes empiezan a tener relaciones afectivas y no saben cómo darle manejo a la dupla: estudio Vs. Noviazgo, llegando a descuidar alguno de los dos aspectos y ver afectados sus compromisos académicos.

Discriminación: En ocasiones, estudiantes de provincia sienten que al llegar a Bogotá se enfrentan a diversas situaciones de discriminación. “Cuando hablamos con algunos nos cuentan que perciben que les miran diferente, se burlan de su forma de hablar, vestir, y eso les genera situaciones de conflicto”, explicó la profesional.

Algunos aspectos relevantes que traen los nuevos estudiantes y merecen tener seguimiento, son detectados desde el programa Disminución de Factores de Riesgo, del Área de Salud, mediante la aplicación del Perfil integral de Ingreso, que junto con la Historia clínica, revelan situaciones particulares de los estudiantes que pueden afectar su vida académica y personal,

De acuerdo con lo indicado por el doctor Augusto Aguilar Casas, psicólogo y coordinador de este programa, algunos de los elementos asociados a los estudiantes que ingresan y que requieren de seguimiento son:

Dificultades para socializar de manera gratificante, bajo la premisa: “No soy bueno para hacer amigos”; percepción de mantener una comunicación superficial con su núcleo familiar; dificultad para escoger un programa académico a su gusto y con el que se proyecte; alto consumo de redes sociales e internet generando dificultades para utilizar el tiempo libre; no identificación del cigarrillo y el alcohol como sustancias psicoactivas; bajos niveles de autonomía y toma de decisiones; dificultades socioeconómicas; la llegada a la universidad en edad temprana y estudiantes provenientes de otros lugares del país, con sentimientos de soledad y vínculos familiares débiles.

Para ayudar a solventar algunas de estas situaciones en los estudiantes, se orientan los esfuerzos de los distintos programas de la Dirección de Bienestar. En lo relacionado con apoyos para atender dificultades socioeconómicas, el Área de Gestión y Fomento Socioeconómico los ofrece a nivel de: transporte, oferta alimentaria, dinero y alojamiento. “Los estudiantes que tienen la calificación más baja en el Puntaje Básico de Matrícula y tienen mayores riesgos, son los más beneficiados”, explicó Hurtado”.

Otra forma de ayudar a los estudiantes para que puedan acceder a un ingreso económico que les permita resolver sus gastos básicos es el programa de promotores de convivencia, que brinda oportunidades para el desarrollo de actividades administrativas o de logística en contraprestación a unas horas de trabajo de corresponsabilidad. 

También, cuando hay estudiantes con dificultades académicas, hay profesores tutores y psicopedagogos que están al servicio de quienes tengan inquietudes en alguna línea del conocimiento.

Para problemáticas emocionales, los sicólogos y trabajadores sociales de Acompañamiento Integral, realizan sesiones de primera escucha y según el caso remiten al Área de Salud Estudiantil donde tienen atención prioritaria.

“En este inicio de vida universitaria que los estudiantes primíparos están viviendo, les recomiendo buscar ayuda y orientación. Cada facultad tiene programas de bienestar y de acuerdo con la necesidad, desde el Área de Salud estamos esperándolos para ayudarlos en lo que requieran. Asuman conductas de autocuidado y piensen que tener salud oral óptima, alimentación saludable y una buena salud física y mental, serán las puertas para que logren alcanzar sus metas, señaló Aguilar.

“Vivan y aprovechen esta oportunidad, son privilegiados de formar parte de la Universidad Nacional de Colombia, por tanto, deben disfrutar la vida universitaria y todos los beneficios que esta es ofrece”, agregó Hurtado.