Una de las problemáticas preocupantes y cada día en aumento en Colombia, sigue siendo la violencia de género. A causa del confinamiento generado por el COVID 19, se han disparado la cantidad de casos de violencia tanto en mujeres, hombres y menores. Ante esta situación, el Área de Acompañamiento Integral de la Dirección de Bienestar de la Sede Bogotá, trabaja para ayudar y orientar a las víctimas miembros de la comunidad universitaria.
A comienzos de mayo de este año la Personería de Bogotá reportó alrededor de 8187 quejas en las diversas comisarías de familia de la ciudad a causa de violencia. Las autoridades judiciales, por su parte, registraron 1082 casos, y la Línea Púrpura de la Secretaría Distrital de la Mujer recibió 996 denuncias por agresiones. Medicina Legal, informó sobre los graves casos de violencia contra la mujer e indicó que alrededor de 315 mujeres en Colombia fueron víctimas de homicidio entre enero y mayo de 2020, siendo el mayor rango de edad entre los 20 y los 29 años.
A la hora de analizar los factores por los cuales se genera violencia en los hogares y en este caso, en época confinamiento, hay que partir del tradicional concepto de la división sexual y los roles que esto genera. Así lo explica Beatriz Quintero García, activista feminista y coordinadora de la Red Nacional de Mujeres: “La división sexual que establece roles de género y con ellos, prácticas y saberes asignados socialmente, asignó a los hombres el espacio público y a las mujeres el privado. De allí, por ejemplo, que se crea que las tareas de cuidado son únicamente de la mujer o que la labor de proveer sea responsabilidad del hombre. Entonces, ante la necesidad del encierro producto del aislamiento, situaciones como ésta, se hicieron más evidentes propiciando agresiones o violencias en tanto que hay una confrontación directa con “lo asignado” y lo justo a la hora de asumir responsabilidades en espacios compartidos y construidos entre varias personas”.
Colaboración mutua
Ante casos de violencia en casa, hombres y mujeres deben llegar a generar soluciones frente a la situación que viven. Es muy importante avanzar en actitudes de diálogo y de reflexión: “Decir lo que se piensa y se siente, ayuda al replanteamiento de muchas tareas diarias. Por ejemplo: ¿Quién lava la loza hoy? ¿Quién hace le almuerzo? entre otros”. Aplicar este tipo de acuerdos permite una oportunidad para el desarrollo de las relaciones sanas que se basen en una distribución compartida y responsable de las tareas. Si por el contrario, la situación se encuentra en niveles elevados de violencia, imposibles de tratar por medio de vías pacíficas, es necesaria la denuncia y la intermediación de agentes externos como los institucionales, preparados para abordar estas situaciones; puesto que lo que se busca a toda costa, es evitar que los grados de violencia escalen y haya consecuencias peores. “Allí, las víctimas encontrarán rutas pensadas para solucionar la situación en escenarios donde, es prioritario, la justicia, la reparación y la no repetición”, añadió Quintero.
En Bienestar de la UNAL, este acompañamiento lo realizan profesionales del área de Acompañamiento Integral, quienes establecieron la extensión 17209 y el correo proygenero_bog@unal.edu.co para facilitar la comunicación con la comunidad universitaria frente a cualquier necesidad de este tipo. Así mismo, han realizado diversas capacitaciones con directivas, docentes y grupos focalizados de estudiantes acerca de cómo activar el protocolo y la ruta para la atención y prevención de casos de violencia que se presenten dentro o fuera de la universidad.
Adicionalmente, cuentan con el respaldo de entidades externas como la Casa de Igualdad de Oportunidades, la Secretaría de la Mujer y la Personería, entre otros, con quienes se han realizado encuentros para dar a conocer las diversos tipos de violencia que se pueden presentar, las acciones de prevención y cómo actuar en caso de que esta ocurra. Así mismo, el pasado 7 de mayo se explicó acerca del manejo de violencias basadas en género en la coyuntura generada por el COVID 19 y los derechos de las mujeres a una salud digna.
También, se realizó un evento con la Red Nacional de Mujeres, donde se presentó la aplicación de la APP Ellas, herramienta por medio del cual, las mujeres podrán identificar los tipos de violencia de los que pueden estar siendo víctimas, y de acuerdo con esto, acudir a la ruta específica y a un directorio donde encontrarán información del proceso a seguir. La aplicación permite contar con un botón de pánico que una vez configurado, permite enviar mensajes de alerta a contactos de confianza por si se llega a presentar una situación riesgosa.
De igual modo, el área de Acompañamiento ha fortalecido los procesos de atención y seguimiento para la comunidad universitaria por medios virtuales y telefónicos. Así mismo, a través de REDai se han diseñado estrategias de comunicación e información de situaciones de violencias basadas en género y se aplicó una encuesta para identificar problemáticas de violencias, cuyos resultados se comunicarán próximamente.
A la hora de actuar
Si algún miembro de la UNAL está siendo víctima de violencia puede contactarse y activar la ruta de atención distrital comunicándose con la línea Púrpura al 018000112137 y al whatsapp Púrpura 300 7551846. Así mismo, pueden llamar a la Policía Nacional marcando #155. Adicionalmente, pueden activar la ruta de atención interna de la Universidad, extensiones 17209 y 88888; como también, escribir a los correos: proygenero_bog@unal.edu.ci y aaintegral@unal.edu.co
“Una preocupación creciente, es que hay personas que conviven con sus agresores, y actualmente se ven obligadas a estar en confinamiento con ellos, debido a la situación actual. Sin embargo, encontramos que hay un progreso en las acciones que estamos realizando, ya que cada vez hay más personas que acuden a nosotros para que les proporcionemos herramientas y les ayudemos a saber cómo actuar”, señaló Zulma Camargo, Jefe del Área de Acompañamiento Integral.
Adicionalmente, el equipo de Acompañamiento, recomienda a los miembros de la comunidad no callar frente a estas situaciones, buscar ayuda y orientación. “Lo ideal, es que reporten el caso de violencia y que estén convencidos que la Universidad ha propuesto una ruta de atención y varios mecanismos para acompañar de la mejor manera a las personas que lo requieran”, expresó Camargo. Reportar los casos y denunciar, ayuda a visibilizar esta problemática en la universidad, en la ciudad, en Colombia y en el mundo. De esta manera, es que cada día se podrán desarrollar mejores estrategias de atención y prevención de casos a causa de la violencia de género.
Natalia Romero Portela
Oficina de comunicaciones Bienestar Sede Bogotá