Según la Secretaría Distrital de la Mujer, en el primer trimestre del año en curso se han registrado 5.740 casos de violencia física en Bogotá, siendo en promedio 38 agresiones diarias contra mujeres. Con relación a esto, hubo un crecimiento del 17,6% en comparación al mismo periodo en el año 2017. Así mismo, de acuerdo con lo indicado por la entidad en materia de violencia sexual se presentaron 805 casos en el periodo enero- mayo de 2018.

Rosa Isela Ortiz Villamizar, funcionaria de la Secretaría Distrital de la Mujer de la sede Teusaquillo y Enlace SOFIA (Sistema Operativo Funcional Integral Articulado de Atención de Mujeres Víctimas de Violencia), indicó la importancia de que las mujeres conozcan e identifiquen los beneficios que les genera la Ley 1257 cuando se encuentren en condiciones de vulnerabilidad, peligro y violencia.

La ley cobija protección en casos de agresión física, sexual, sicológica, económica y patrimonial, orientando a las mujeres acerca de qué hacer, qué garantías tienen y a qué instancias acudir para denunciar y divulgar cuando son víctimas de violencia. “Una mujer puede estar en medio de un “violentómetro” es decir, estar expuesta a la dinámica de humillaciones, bromas hirientes, acoso  sicológico, y esto ya es un estado traumático para una persona. Adicionalmente, romper o extraviar la cédula o el documento de alguien ya es atentar contra su patrimonio y éstos son aspectos que las personas no conocen pero automáticamente ya están siendo víctimas de violencia”, expresó  Ortiz.

Casos como estos, son los que se viven en la cotidianidad de la cultura colombiana, por ejemplo, existen mujeres que son víctimas de doble violación, es decir, si tienen un trabajo en el sector de la belleza y hacen manicure para su sustento, en ocasiones su instrumento de trabajo (kit de elementos ) es violentado y esto es entendido según la ley colombiana como un hecho que atenta contra  la persona y contra los medios de sostenimiento de la misma, caso por el cual una mujer puede denunciar este hecho y la ley la respalda.

De igual forma, la 1257 no sólo le suministra herramientas de apoyo a la mujer sino también métodos para la practicidad de los procesos, es decir, las mujeres violentadas pueden acudir al servicio de profesionales como abogados, sicólogos, trabajadores sociales, antropólogos, enfermeros, entre otros, que les brinden orientación y apoyo en caso de violencia.  

Con relación a esto, una persona afectada que no hable el idioma de las autoridades competentes, la ley la cobija poniéndole a su servicio personal intérprete o traductor que le permita comunicarse y entender cómo está siendo avalado su proceso.

“Hay mujeres que no conocen y no tienen claro que cuando son víctimas de su agresor, la ley las respalda y en ningún escenario se les obliga a compartir un mismo espacio con el causante del hecho; es decir,  hubo un caso de una mujer agredida por su compañero sentimental en un teatro  y la patrulla de la policía los recogió a ambos en el sitio, la víctima por no conocer la Ley 1257 y los beneficios que tiene al ser atacada, no exigió ser transportada en un vehículo diferente en el que iba el agresor, cosa que si hubiese sabido un poco más de la ley lo hubiese podido exigir ”, enfatizó la funcionaria Rosa Isela.

Adicionalmente, la ley en casos de abuso, respalda a las mujeres para que si la persona afectada decide interrumpir un embarazo, o tener atención médica de acuerdo con la decisión que considere, pueda tener la libertad de escoger si el personal de la salud que la puede asistir, es un hombre o una mujer. Con relación a lo anterior, la ley también permite que la mujer abusada pueda pedir medidas de acompañamiento para el hombre agresor con relación a que debe tener un tratamiento terapéutico reeducativo, asistir a sesiones y tener escenarios de cambios y recuperación.

 Bajo la mirada del ámbito jurídico, Adriana Arquichides abogada especialista en derecho de familia, vinculada con la Secretaría Técnica a la mesa de seguimiento de la Ley 1257 por el derecho a una vida libre de violencias contra las mujeres, indica que el posicionamiento de este respaldo legal en Colombia nació desde el año 2004 por la preocupación de las víctimas al verse violentadas y que sus casos quedaran en la impunidad.  “De acuerdo con esta situación, las afectadas empiezan a realizar jornadas de trabajo para acudir a las instituciones como la Defensoría, la Procuraduría y a su vez, generar mesas de diálogo con parlamentarias; así se creó la bancada de mujeres en el Congreso  que hoy existe gracias a la ley 1257”, expresó Arquichides.

A la hora de analizar la trayectoria durante los diez años de existencia de la ley, se han tenido avances en materia judicial y la Corte Constitucional ha generado debates con el fin de proteger los derechos de las mujeres en Colombia.  Así mismo, ha obligado a los operadores de justicia el cumplimiento de la 1257 y generar las sanciones pertinentes a los agresores y causantes de hechos de violencia. De la misma manera, otorgarle todas las garantías de protección a las afectadas.

“La ley tiene casas refugio o espacios para que las mujeres permanezcan en un lugar tranquilo y reciban la asesoría pertinente, estén enteradas y protegidas mientras el tiempo necesario. Además, tienen la posibilidad de tener acompañamiento policial si el caso así lo determina”. Expresó la abogada.

Desde la creación de la  1257 se ha beneficiado a las mujeres y la idea es que toda persona afectada esté enterada que la ley la cobija y que tiene derecho a garantías para su seguridad e integridad.  De acuerdo con lo anterior, y para dar mayor respuesta a las necesidades de las mujeres, las afectadas deben denunciar ante casos de agresión y violación.

“Yo invito a todas las afectadas  a que denuncien,  es el principal mecanismo para avanzar en los derechos  que cobija la ley, las invito a trabajar en colectivo para evitar que muchas mujeres colombianas sean víctimas de acoso  y agresiones”, enfatizó  Arquichides.

Finalmente, las profesionales coincidieron en que las mujeres colombianas deben conocer de fondo la Ley 1257 para saber qué hacer y así poder exigir los derechos que tienen. Además, deben tomar la decisión de denunciar para hacer de cada espacio de reflexión, un escenario rico en herramientas que aporten a las personas víctimas, siendo así de vital ayuda para la sociedad colombiana en general.

 Redacción: NRP