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Trabajar por el campo es garantizar el bienestar de un país

28 de marzo de 2020

“Guayando” una palabra que a muchos les recordará la canción de Fulanito, para nosotros, un grupo de estudiantes de Trabajo Social y Antropología, se convirtió en 2017 en el nombre de un colectivo creado en el seno de la facultad de Ciencias Humanas, cuyo primer objetivo fue trabajar en espacios rurales poniendo en  práctica los conocimientos adquiridos durante el proceso de formación de cada uno de los integrantes de acuerdo a las necesidades particulares de las comunidades rurales.

El Colectivo Guayando, es una iniciativa que se gesta en la vereda Conucos del municipio de Guayabetal, Cundinamarca, y cuyo gentilicio  “Guayabetaluno/a” en medio de bromas derivó en “Guayando”. Más allá de la palabra en sí, este nombre terminó capturando a través de tres años un sentir por un trabajo conjunto en campo, en el que los diferentes puntos de vista han impulsado discusiones disciplinares y metodológicas, las que se nos han prestado para reflexionar en torno a nuestro objetivo y en simultánea a un actuar en pro de una Acción sin daño en aquel municipio cafetero.

El colectivo desde sus comienzos ha diseñado un proyecto en conjunto con la Junta de Acción Comunal (JAC), quien fungió como puerta de entrada para trabajar con esta comunidad. A partir del trabajo realizado, poco a poco nos fueron reconociendo como un grupo de estudiantes que iba y venía, que preguntaba y que estaba dispuesto a aprender. Así fue como logramos trabajar con: Julia y Gilberto en su huerta, Don Tobías en su cultivo de habichuela, pepino cohombro y fríjol; con Don Eliver en la recogida de limón y en el proceso del café, desde la recogida hasta el secado del grano; con Doña Yamile en la recogida de café diferenciando el buen grano del grano que está “yelado” debido al frío y las constantes lluvias; también pudimos trabajar con Don Claudio quién tiene una cochera o “porqueriza” en donde criaba cerdos lecheros.

Realizamos 15 salidas en total, donde recorrimos largos trayectos y no solo nos probamos como profesionales, sino que pudimos conocer la realidad de una de las tantas comunidades campesinas que habitan nuestro país. Esta comunidad rural guayabetaluna nos brindó más que una oportunidad, una experiencia de vida, en donde más allá de la intervención característica del trabajo social y la etnografía de la antropología, logramos realizar entrevistas, diseñar y realizar una encuesta socioeconómica, ejecutar talleres, incluso realizamos un diagnóstico para reconocer el contexto  de la vereda. Un conocer y comprender para actuar. Múltiples saberes materializamos trabajando con la comunidad, porque lo que nos motivaba en últimas, era el trabajar por otros, por aquellos que sin conocernos nos brindaron una oportunidad y nos abrieron sus puertas.

El Colectivo Guayando, más que un grupo estudiantil fue un espacio de construcción de experiencias y aprendizajes junto a la comunidad, donde creamos una cadena de afectos que desde la distancia mantenemos. Este espacio construido desde la interdisciplinariedad y lo comunitario, nos permitió articular un espacio estudiantil autónomo, la intención de una universidad comprometida con la investigación de las necesidades reales, y una comunidad campesina, con una JAC en construcción, dedicada y comprometida con los suyos para enfrentar las múltiples dificultades que vive no solo esta zona, sino la mayoría del país rural que desconoce el mundo citadino colombiano.

 

Grupo de Investigación

Trabajando por lo Rural

Colectivo Guayando 2020

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