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¿Evaluar para formar o evaluar para rajar? espacio de reflexión sobre la importancia de transformar el método evaluativo en Colombia.

15 de septiembre de 2017

En entrevista con En Plural, el Historiador y Director del Instituto de Investigación en Educación de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional, profesor Darío Campos Rodríguez, habla acerca de la importancia de cambiar el método de evaluación en Colombia como un vehículo que ayude a obtener mejores resultados de desarrollo y aprendizaje en las generaciones futuras

En Plural: ¿Desde su experiencia como profesor, cómo ve usted en la actualidad  el método de evaluación en la educación básica del país?

 

Darío Campos Rodríguez: El método de evaluación en Colombia debe entrar a un proceso de reflexión. Existe inconformidad con relación a los procesos de evaluación de los estudiantes. Concretamente en la educación escolar se necesita hacer revisiones porque hay  insatisfacción en los padres de familia y en  los estudiantes.  Esto sucede porque el sistema de evaluación generalizado en este momento no responde a lo que los estudiantes conocen y saben. Es decir, el cambio de evaluación que en su momento parecía acertado y oportuno como el sistema de logros, lastimosamente no se logró desarrollar y no se pudo poner en acción en su filosofía como debía ser. Adicional a esto, y después de un tiempo,  el  Ministerio de Educación mandó la directriz que debía evaluarse  con letras o  con números y  en ese proceso es donde empezamos a tener dolores de cabeza.

 

E.P.: Existen diversos métodos de evaluación en los  planteles educativos. Algunos evalúan con números y otros con letras en diversas escalas. ¿Cuál es su opinión frente a esto?

 D.C.R.: Yo soy muy partidario que la evaluación de un ser humano en cualquiera de sus estados de desarrollo cognitivo y profesional bien sea desde el preescolar hasta el doctorado en la Universidad, debe ser una evaluación de tipo cualitativa. Es decir, se le debe decir a la  persona cuáles son sus fortalezas y debilidades.  Cuando se le coloca chulos y porcentajes y un número final de evaluación no se le está diciendo nada a un estudiante. Cuando la persona no encuentra un diálogo con quien lo está evaluando y no sabe por qué sacó determinada nota, la evaluación  predomina en lo numérico y está resultando ser punitiva o vengativa, sin formación. Termina siendo una nota  clasificatoria y hasta injusta en muchos casos. Es más, he visto que en colegios privados a niños de primero de primaria les ponen 1 como nota, eso mismo pasa con las letras, convirtiéndose en símbolos que ubican y categorizan a las personas por rendimientos y eso a la hora de la construcción del conocimiento, es muy perverso porque la persona incluso hasta le dañan su autoestima.  Yo insisto que la evaluación en el medio escolar debe ser y siempre debe ser cualitativa. 

 


“El sistema como está establecido castra, daña, interrumpe y no permite que las personas vuelen en el conocimiento”.


 

E.P.: ¿Desde su punto de vista, cómo se podría trabajar para hacer un mejor proceso evaluativo?

 D.C.R.: En el medio escolar considero que se debe desmontar todo ese sistema de presión que existe y debe haber un sistema donde exista en los niños el deseo de saber pero sin miedos y angustias. La evaluación por logros es una evaluación muy acertada que fue implementada en Colombia y tiene referencia porque se llevó a cabo en Inglaterra, de hecho es un sistema de evaluación apropiado.  Lo que ocurre es que nuestro sistema educativo es de masas, de mega colegios y de multitudes.  Esto hace que se necesite mayor número de profesores, mayor inversión y saber educar a las personas para prepararlas bien.  Por ejemplo, en un salón de clases  no puede haber 40 niños, deben ser alrededor de 20,  porque de esta manera se puede hacer un seguimiento personalizado en un proceso de formación. Creo que si se coloca un sistema cualitativo no en la voz de un profesor sino en la evaluación como se ha realizado por áreas en algún momento, creo que la calidad de la educación mejoraría notablemente. Y no es copiar y pegar comentarios para decirles a todos  los estudiantes lo mismo, es tener conciencia, de lo que cada uno necesita, eso es una apuesta titánica.

 

E.P.: ¿Qué temáticas e invitados habrán en el Coloquio Evaluar para formar o evaluar para rajar del próximo 25 y 26 de septiembre?

 

D.C.R.: Ese espacio estará dedicado principalmente a los profesores de todos los colegios de Bogotá. Vienen más de 100 ponencias todas dirigidas a lo que pasa en el aula. Hemos encontrado que muchas ponencias de muchos profesores contradicen ese sistema  evaluativo numérico o por letras. De todas estas ponencias son los profesores los que van a hablar, para compartir sus experiencias personales y profesionales para saber qué sistema de evaluación apoyan.

 Vamos a tener también un espacio de conferencias de análisis acerca de otras evaluaciones estandarizadas que se hacen en los colegios, como las pruebas Saber 11. Pero definitivamente, a la hora de poner los planteles educativos en un ranking, vuelve nuevamente el proceso de numeración de los colegios que los categoriza en niveles  generando malestar.

 

“Yo no conozco niños o personas que no quieran saber o aprender. El sistema actual de evaluación los aparta y espanta del conocimiento. Uno se pregunta ¿por qué la gente no lee? Porque el sistema mismo les mete terror y resultan viendo la educación como un castigo”.


 

E.P.: ¿Qué le diría a los estudiantes y docentes acerca del método evaluativo cuantitativo?

  D.C.R.: Yo les diría a los estudiantes que el sistema actual es ese, pero que vean el conocimiento como algo placentero para disfrutar y aprender, que no se desmotiven. La idea es poder encontrar un método que permita a profesores y estudiantes tener una relación tranquila y de aprendizaje donde lo cualitativo sea lo relevante para conocer en qué se falló y cómo debo aprender del error.

 

 Redacción: NRP 

 

 

 

 

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