La buena alimentación cumple un papel fundamental en la salud de las personas, los nutrientes, vitaminas, minerales entre otros, son muy relevantes para el buen desarrollo, el bienestar y las defensas del cuerpo. En la actualidad, el mundo entero ha venido resistiendo el virus SARS-COV2 que ha afectado muchas vidas y ha generado diversos síntomas deteriorando la salud incluyendo la falta de apetito, aspecto relevante para la vida. En entrevista con El Plural la egresada en Nutrición y Diétetica, María Fernanda Pineda Corral, nos habló acerca de la importancia de alimentarse adecuadamente en los horarios respectivos y el saber controlar el consumo de alimentos a causa del confinamiento.
En Plural: Alimentarnos ha sido siempre una necesidad básica, pero en medio de la pandemia, la alimentación ha tomado relevancia de una forma significativa ¿Por qué?
María Fernanda Pineda: Uno de los efectos que se ha evidenciado es el cambio de concepto que las personas tienen de la alimentación; se ha logrado entender que ésta es primordial para mantener un adecuado estado nutricional y por lo tanto de salud. Además, se ha comprendido que está en nuestro poder mejorar la calidad de la alimentación, no solo en la elección, sino también en la manipulación.
Es así, como las personas al conocer la relación que la nutrición tiene con la capacidad del sistema inmune para superar infecciones bacterianas y virales, hizo que la nutrición se concibiera como una herramienta para prevenir y combatir el COVID-19. Por otro lado, al conocer por diversos medios, que el coronavirus puede sobrevivir en superficies, una de las primeras inquietudes que surgieron fue si esto incluía los alimentos, impactando positivamente las prácticas de higienización y manipulación de alimentos de muchas personas. Por lo tanto, entender que una alimentación balanceada e inocua, además de una apropiada limpieza de las superficies con desinfectantes domésticos comunes y por supuesto el lavado de manos, forman parte de las mejores estrategias que podemos adoptar en casa para evitar la propagación del virus.
E.P.: ¿En qué debemos enfocarnos al escoger los alimentos que vamos a consumir?
M.F.P.: Deberíamos procurar balance y variedad de alimentos frescos y no procesados, que nos ayuden a asegurar el consumo de la energía, vitaminas, minerales y fibra dietaría que necesitamos. Si hablamos específicamente de nutrientes que participan en el soporte inmune, podemos prestar especial atención a alimentos fuente de Zinc, cuya deficiencia limita la capacidad de desarrollar una respuesta inmune adecuada, los alimentos fuente son: la carne de res, pescados y mariscos, además de germinados, frijoles y nueces. Los estudios han demostrado que la Vitamina D disminuye las probabilidades de desarrollo de infecciones agudas del tracto respiratorio, minimiza los síntomas y procura una recuperación más rápida, los alimentos fuente son: los huevos, champiñones, pescados grasos, lácteos y sus derivados, los cuales algunos pueden ser fortificados.
Los alimentos fuente de vitamina C son: Guayaba, arándanos, agraz, fresas. Adicionalmente, los beta carotenos contenidos en verduras como la espinaca, zanahoria, mango, brócoli, tomates, entre otros. También, los probióticos encontrados en productos lácteos como el yogurt, el kéfir y alimentos fermentados, ayudan a mantener la microbiota intestinal.
E.P.: Durante el aislamiento obligatorio todas las personas nos enfrentamos a un cambio de rutina, afectando también nuestros horarios de consumo de alimentos ¿Existen consideraciones respecto al horario de alimentación? ¿Qué deberíamos tener en cuenta?
M.F.P.: Si bien la rutina ha sido alterada, mantener una estructura en las actividades diarias incluyendo los tiempos de comida y descansos, es favorable en términos de mantener la salud y asegurar una adecuada calidad de vida. Un estudio desarrollado en Japón demostró que si además de comer tarde en la noche, se omite el desayuno, la probabilidad de desarrollar síndrome metabólico es mayor. Por lo tanto, si bien es necesario ser flexible ante las diversas circunstancias a las que nos hemos visto expuestos durante el aislamiento obligatorio, vale la pena trabajar en mantener el control sobre los factores que son capaces de traernos bienestar a largo plazo.
E.P.: El estrés, la incertidumbre y el estar en casa facilitan el consumo de alimentos en exceso ¿Cómo manejar dicha conducta?
M.F.P.: Ser consciente que existen mecanismos de regulación del apetito que se ven afectados por nuestras elecciones alimentarias, ayudará a crear estrategias de diseño y planeación de una minuta que permita asegurar variedad, control en las porciones y satisfacción con la alimentación. Es así, que podemos incluir alimentos fuente de fibra, proteína y ácidos grasos insaturados que ayudarán a inhibir la hormona del hambre al controlar la velocidad del vaciamiento gástrico, promoviendo la saciedad, además de aumentar la variedad de preparaciones a los que culturalmente estamos acostumbrados.
A su vez, planear la minuta y preparar los alimentos puede ofrecer una actividad adicional a la rutina semanal, ayudando a liberar el estrés derivado de las actividades académicas o laborales, y puede ayudar a disminuir la incertidumbre percibida por los sucesos actuales, al mantener el control sobre un aspecto tan importante en la vida como lo es la alimentación.
E.P.: No solo como individuos nos hemos visto afectados por los cambios, en general las dinámicas familiares han sido alteradas, incluyendo la hora de alimentarnos ¿Cómo facilitar el consumo adecuado de alimentos en familia?
M.F.P.: Promover la participación de los integrantes de la familia en la planeación y preparación de los alimentos puede asegurar que el consumo sea agradable y óptimo. Adicionalmente, buscar alternativas que se puedan mantener refrigeradas y ayuden a crear diversas preparaciones durante la semana, mantendrán flexible las opciones alimentarias para todos los integrantes de la familia.
Por otro lado, se puede aprovechar para retomar la costumbre de comer en familia y así crear un ambiente que promueva la alimentación saludable, permitiendo a los padres influenciar positivamente los hábitos de alimentación de los niños a través del ejemplo.
Finalmente, representa una oportunidad para reforzar la adecuada manipulación de los alimentos, así como la limpieza de las superficies no solo de la cocina sino de todo el hogar.