La enfermedad del COVID 19 ha generado en algunos pacientes secuelas en el organismo que van desapareciendo con el tiempo. Con el transcurrir de los días, algunas personas pueden manifestar síntomas adicionales a los conocidos y pueden presentar dolor en las articulaciones, huesos y músculos. Por ello, y en general por la importancia de mantener siempre el cuerpo fortalecido, las vitaminas cumplen un papel fundamental en el desarrollo del mismo. En entrevista con En Plural, el médico Mauricio Montoya Jaramillo, profesional del Área de Salud de la Dirección de Bienestar Universitario sede Bogotá, nos habló acerca de la importancia que tiene la vitamina D en el cuerpo, cómo se obtiene y los riesgos que puede generar un déficit de la misma.
En Plural: ¿ Qué son las vitaminas y qué importancia tienen en el organismo?
Mauricio Montoya Jaramillo: Las vitaminas son sustancias orgánicas complejas, biológicamente activas y con diversa estructura molecular, esenciales para el crecimiento y desarrollo normal de los mamíferos, pues participan en múltiples reacciones enzimáticas a nivel celular. La mayoría de las vitaminas, con excepción de las vitaminas D, K, B1, B2 y el ácido fólico, se consideran esenciales porque no son sintetizadas por el organismo y por lo tanto se hace necesario su consumo externo. Las vitaminas liposolubles (A, D, E y K) se almacenan en el tejido graso de hígado y cerebro, por lo que su consumo en exceso puede ser perjudicial. Las vitaminas hidrosolubles no son almacenadas en el cuerpo y sus sobrantes son excretados por la orina. Deben tomarse regularmente para prevenir su deficiencia. Son hidrosolubles, las vitaminas del complejo B, el ácido fólico y la vitamina C.
E.P.: ¿Qué es y cuáles son las funciones específicas de la Vitamina D?
M.M.J.: La vitamina D es una hormona, que participa en la absorción y autoregulación de calcio y fósforo, lo cual es indispensable para la integridad de huesos y dientes. La vitamina D promueve la absorción intestinal de estos elementos a partir de los alimentos y la reabsorción de calcio a nivel renal para disminuir las pérdidas por la orina.
Recientemente se han identificado receptores celulares de los metabolitos de la vitamina D entre otros tipos de células diferentes a las del sistema óseo, como las del sistema inmune, endocrino, neuromuscular y hematopoyético, en la piel y en células tumorales, las cuales cumplen funciones extra esqueléticas no relacionadas con el metabolismo fosfo-cálcico, importantes en la regulación inmunológica y en la secreción de algunas hormonas y neurotransmisores.
Se ha encontrado también que personas que reciben dosis suplementarias de vitamina D se benefician en la prevención de tumores cancerosos, principalmente de colon, próstata y mama, de enfermedades tales como colitis ulcerativa, artritis, reumatoide, diabetes tipo 1, esclerosis múltiple, enfermedad de Crohn y trastornos cardiovasculares.
E.P.: ¿Cómo se obtiene la vitamina D?
M.M.J.: La forma principal de obtener la vitamina D es la exposición a la luz solar y, de manera secundaria, por la alimentación. Se ha encontrado un aumento de las personas que presentan déficit de vitamina D debido al uso más frecuente de bloqueadores solares, o de ropas y sombreros que cubren gran parte de la cara y el cuerpo. También inciden en esta deficiencia los confinamientos e inviernos prolongados y la pigmentación más oscura de la piel pues la melanina inhibe parcialmente su absorción.
E.P.: Sabemos que exponerse al sol es importante para que el cuerpo genere vitamina D, ¿Si una persona no se expone al sol esta vitamina deja de generarse?
M.M.J.: La piel es la fuente principal de la vitamina D, estimándose que entre un 80 a 90% de los depósitos corporales provienen de la síntesis cutánea durante la exposición a luz solar. Los niveles séricos de vitamina D pueden ir disminuyendo con la edad y varían de acuerdo a la raza o al tipo de vestimenta. Cuando se presente baja exposición a la luz solar, es importante una buena ingesta de alimentos que contengan vitamina D. Los de origen animal como los pescados azules (atún, salmón, sardinas), la yema de huevo, el aceite de hígado de bacalao, los langostinos y quesos madurados son ricos en colecalciferol o vitamina D3. Los de origen vegetal como setas y champiñones silvestres, germen de trigo, frutos secos y aguacate contienen vitamina D2. Algunos alimentos como la leche, margarina y cereales para el desayuno son enriquecidos industrialmente con esta vitamina.
E.P.: ¿Qué riesgos pueden surgir en el organismo humano cuando hay déficit de esta vitamina?
M.M.J.: La deficiencia de Vitamina D está asociada a trastornos relacionados con el metabolismo del calcio y del fósforo que se evidencian en alteraciones esqueléticos tales como raquitismo en niños, presencia de huesos frágiles y propensos a fracturas, osteomalacia, osteopenia y osteoporosis. Desde el punto de vista médico, los suplementos farmacológicos de vitamina D se utilizan para corregir su deficiencia y conservar la función esquelética .Es importante conservar un adecuado nivel de ésta para la prevención de múltiples patologías infecciosas, endocrinas, tumorales, neuropsicológicas e inmunológicas.
E.P.: Se habla mucho de la relación entre vitamina D y el COVID-19. ¿Qué se conoce al respecto?
M.M.J.: La vitamina D es importante para estimular la inmunidad celular innata y para regular la inmunidad adquirida. Un nivel adecuado de Vitamina D contribuye a regular la tormenta de proteínas citoquinas, la cual es un exceso en la respuesta inmune que puede desencadenar inflamación celular a nivel pulmonar, factor importante en el síndrome de dificultad respiratoria de la neumonía por COVID-19. Los pacientes con COVID 19 que requieren hospitalización tienen deficiencia de vitamina D, y los niveles por debajo de 8 ng/ml son factor de riesgo para mortalidad por COVID-19. Se debe suplementar con vitamina D a este tipo de pacientes.