En Plural: ¿Qué significa la virtualidad en la educación?

Diana Carolina Rodríguez: Es una oportunidad para comunicarnos mejor por canales y medios a los que no estábamos tan acostumbrados. Nos reta a aprovechar las herramientas digitales que nos facilitan el aprendizaje. Es de gran importancia porque nos invita a generar estrategias en los procesos académicos para el trabajo en grupo, la autonomía y disciplina, junto con procesos de aprendizaje como la memoria, concentración y atención.

E.P.: La salud mental es fundamental en el bienestar de las personas. ¿Continuar viendo clases virtuales por casi un año puede afectar la salud mental de las personas o es algo que con el tiempo ya se vuelve manejable?

D.C.R.: Hemos atravesado diferentes estados de ánimo en la pandemia por COVID-19 Coronavirus, desde la negación y distanciamiento del inicio, como la incertidumbre, la rabia, la culpa, la comprensión y la aceptación que podemos sentirlas en cualquier momento. Al haber pasado casi un año estudiando y trabajando desde la virtualidad, tenemos experiencia para afrontar con mayor facilidad el estar en casa.

Con el paso de los meses hubo una estabilización y utilización de los recursos propios para afrontar los desafíos, sin desconocer los que vienen para este año que iniciamos, pero ello nos da una base para responder adaptativamente ante la vida. En los hábitos de estudio y manejo del tiempo inicialmente pudo resultar agotador, pero hemos reconocido la importancia de que en nuestro horario ya hay una organización dejando espacio para nuestras diferentes áreas: La Personal,  académica, laboral, social, de ocio, de tiempo libre,  familiar, entre otras.  Más que las clases virtuales, lo que genera afectación en la salud mental es omitir las alertas tempranas de malestar, no fomentar el autocuidado y no buscar acompañamiento a tiempo.

E.P.: ¿Cuáles son las ventajas de la virtualidad?

D.C.R.: Cuando la casa se vuelve el lugar donde no solo vivimos y nos protegemos; sino también el espacio donde trabajamos y estudiamos, tenemos la posibilidad de disfrutar del autocuidado a través de diversos aspectos como cocinar y comer nuestros alimentos con mayor calidad, compartir con los cercanos, aprovechar el tiempo que dedicamos en el transporte a nuestros intereses personales como hobbies o pasatiempos, cuidándonos a nosotros y  a los demás, es de gran importancia. Adicionalmente, el estar en casa, nos reta a comunicar nuestras necesidades y así mismo escuchar de manera activa a quienes nos rodean, darnos cuenta aún más que hacemos parte de un grupo y como tal todos somos responsables para avanzar hacia lo que necesitamos. En cuanto a la información podemos obtenerla de manera permanente, podemos organizar nuestro tiempo y también, podemos ahorrar dinero. Como se dijo anteriormente, es el momento para fortalecer nuestra creatividad, innovar frente a los retos que nos exige el día a día, estando dispuestos a responder a la vivencia enriqueciendo la experiencia.

E.P.: ¿Qué recomendaciones deben tener en cuenta los estudiantes universitarios para llevar un primer semestre de 2021 de manera exitosa?

D.C.R.: Acudir a los servicios con los que contamos desde la Universidad ya que no estamos solos atravesando las nuevas circunstancias, es nuestra responsabilidad acudir y solicitar acompañamiento desde diferentes áreas de necesidad, potenciando el bienestar en el tránsito universitario.

Planificar las nuevas situaciones es parte de adaptarnos, la organización nos ayuda a tomar decisiones para lograr lo que necesitamos, crear una estructura para funcionar a diario (lunes a domingo) ayudará bastante. Tener rutinas para generar un hábito es autocuidado. Informarse adecuadamente nos permite confirmar con una fuente confiable las noticias y evitar la sobreinformación sobre todo de noticias negativas. También hacer actividades como ver una película, compartir experiencias de la semana, verse por vídeo llamada y no solo comunicarse por mensajes de texto. Ser innovadores y realizar nuestros hobbies y actividades que nos interesan ayudarán a potencializar nuestros intereses y entender este tiempo como un espacio productivo de aprendizaje personal.

Cuidar nuestro estado de salud, tomar el sol diario, beber agua suficiente, comer saludable, colocar atención a nuestro cuerpo nos hace actuar a tiempo y a prevenir enfermedades, aún más en esta época de pandemia. Cuidar especialmente nuestro estado de ánimo, atender lo que pensamos y sentimos fortalece nuestra vida, somos seres integrales desde lo biológico, psicológico, social y espiritual está interconectado para un funcionamiento óptimo.

E.P: ¿Cómo se puede ser resiliente en momentos complejos para la sociedad en general?

D.C.R.: Lo primero que necesitamos es comprender lo que sentimos, la emoción más humana más antigua es el miedo a lo desconocido, la incertidumbre hace parte de la vida y por ello, necesitamos aprender a sobrellevarla. Gestionar el estrés tempranamente implica reconocerse para prevenir dificultades a largo plazo, buscar qué nos ayuda a cada una de las personas, es nuestra responsabilidad. Crear rutinas diarias nos ayudará a determinar cuáles son nuestros quehaceres y así mismo, podemos organizarnos de la mejor manera.

Ejercitar nuestra paciencia es no sobre exigirnos, adaptarnos lleva tiempo y cada uno tiene un ritmo diferente. Tener un uso adecuado de las redes sociales, es vital para administrar bien el tiempo que pasamos delante de las pantallas. Elegir correctamente las fuentes de información evitará riesgos actuales de desinformación y sus consecuencias. Estar alerta de salud mental significa tomar acciones tempranas ante malestares, no dejarlos para después. En las relaciones interpersonales actualmente necesitamos paciencia e interactuar con base de comunicación asertiva. El distanciamiento físico no significa aislamiento social, podemos acercarnos de maneras diferentes, requiere utilizar nuestras herramientas para generar medios de contacto. Los caminos que tenemos para construir resiliencia son la búsqueda de oportunidades para el autodescubrimiento, hacer conexiones con otros, evitar tomar la crisis como un problema insuperable, dar pasos de forma realista hacia los objetivos, actuar con decisión ante las adversidades, propender por una visión aunque realista positiva ante nosotros mismos y tener una visión esperanzada ante la vida.

E.P.: ¿Qué le dice a los jóvenes acerca de la importancia y la oportunidad de poder estudiar a pesar del formato actual de la virtualidad?

D.C.R.: Si bien lo más cierto es que todo cambia, así mismo como seres humanos podemos adaptarnos a los retos que se nos presentan adquiriendo herramientas y fortaleciendo las que reconocemos. Agradecer en el día a día, fomenta la serenidad y nos da la oportunidad de vivir nuestros días desde una perspectiva más positiva y nos conecta con el propósito de lo que vivimos, sin desconocer las dificultades de nuestros tiempos actuales, podemos tomar decisiones asertivas ante lo que se nos presenta. A pesar de los cambios actuales, busquemos experiencias positivas para darle sentido a los desafíos. Tenemos la oportunidad de comunicarnos a través de la virtualidad lo cual es una ventaja para estar conectados y así continuar aprendiendo qué es el fin al que nos convoca. Aportamos a nosotros mismos, nuestras familias y al país generando conocimiento y así convertir cada experiencia en un aprendizaje conjunto para afrontar a futuro situaciones difíciles, también les invito a confiar en sus capacidades y a valorar cada momento. Les Recomiendo que antes de irse a dormir escriban 5 cosas por las que están agradecidos (el sol del día, haber terminado una tarea, haber abrazado a la familia, haber participado en clase, etc). No estaremos en esta situación siempre, esto también pasará y lo importante es darse la oportunidad de reconocer y fortalecer las  habilidades.