En Plural: ¿ Profesor Oliveros ¿Cuéntenos  cuál es su formación académica y trayectoria laboral hasta ahora?

Oscar Oliveros Garay: Mi formación en pregrado fue  Licenciatura en Biología de la Universidad Pedagógica Nacional.  Luego, adelanté estudios de Maestría en Genética en la Universidad Nacional de Colombia. Seguidamente ingresé a la UNAL como profesor en 1992, durante estos años adelanté investigación en el Instituto de Genética dirigido por el Doctor Emilio Yunis, acerca de genética del cáncer. Posteriormente, estuve en el Instituto de Biotecnología dirigido por la Doctora Dolly Montoya donde inicié la formación Doctoral en Ciencias Agrarias – Fitopatología de la Facultad de Ciencias Agrarias con una estancia de investigación bajo la dirección del Doctor William Dawson en el Citrus Research and Education Centre – Universidad de Florida.

 Como profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias,  adelanté  investigaciones en aspectos de diversidad genética y  evolución de virus de plantas con el grupo de Biología Molecular de Virus, liderado por los profesores José Peñaranda y Orlando Acosta. También, acerca de diversidad genética de un patógeno humano con el Doctor Oscar Orozco; igualmente desarrollé investigación en la respuesta de defensa de plantas a hongos fitopatógenos con el profesor Gustavo Ligarreto. Del mismo modo, realicé trabajo en modelo de control de un hongo fitopatógeno con la profesora Sandra Gómez. Otro de los temas fue respuesta de defensa de plantas a virus con el profesor Luis Ernesto Rodríguez.  Posteriormente, en la actividad como docente he participado en dos cursos de pregrado en Agronomía y cuatro de posgrado para Maestría o Doctorado en Ciencias Agrarias.

E.P.: ¿Cuándo llegó a la Dirección de Bienestar Universitario de la Sede Bogotá y qué significó para usted este nombramiento?

O.O.G.: En julio de 2002 me integré al equipo de la Vicerrectoría de la Sede Bogotá con la Profesora Clemencia Vargas Vargas. El significado de este nombramiento fue el de asumir un compromiso con responsabilidad y apertura para entender y dar respuesta a las necesidades de la comunidad. A la vez, este nombramiento implicó la expectativa por conocer la dimensión de la comunidad universitaria desde las tensiones propias de su cotidianidad, la diversidad cultural de sus miembros y la infraestructura destinada a los programas de la Dirección de Bienestar de la Sede Bogotá.

E.P.: Durante su gestión ¿Qué fue lo más retador y difícil de alcanzar?

O.O.G.: El reto permanente fue fortalecer la capacidad de respuesta de las Divisiones de la Dirección (Salud, Actividad Física y Deporte, Cultura,  Gestión y Fomento Socioeconómico, así como Acompañamiento Integral) de las unidades especiales (IPARM, Jardín Infantil, Capellanía) y de los programas adscritos (Bienestar Docente – Administrativo y Egresados para que los miembros de la comunidad participaran de los programas que éstas divisiones o dependencias desarrollaban. Con relación a esto, se fortalecieron los equipos de trabajo, se establecieron estrategias de comunicación y la evaluación permanente de experiencias.

A todo esto, hay que insertarle el tránsito por la pandemia del SARS-CoV-2, que le exigió a los jefes de División, a los directores de unidades especiales y a los líderes de los programas adscritos una mayor articulación con sus equipos de trabajo. De esta forma, se  generaron estrategias para llevar las acciones a los miembros de la comunidad universitaria a través de plataformas virtuales, servicios en áreas cercanas a los lugares de residencia de los estudiantes, atención de urgencias de salud para estudiantes con entidades de Gobierno como Secretaria de Salud, o desarrollo de acciones de bienestar para funcionarios con la caja de compensación familiar CAFAM.

E.P.: Durante su gestión como Director de Bienestar  Universitario ¿Qué fue lo más satisfactorio?

O.O.G.: En razón a que la Dirección de Bienestar desarrolla acciones a través de Divisiones y Dependencias, es relevante resaltar varios logros: El establecimiento del convenio con el Hospital Universitario Nacional y la División  de Salud, así como la adquisición de equipos y vehículos de atención para esta división. Así mismo, la elaboración del Plan Maestro de Oferta Alimentaria, que define aspectos de adecuación de infraestructura como: (centros de producción, comedores, cafeterías, máquinas dispensadoras), tecnología de producción (minuta nutricional y equipos) así como  espacios para el servicio (mobiliario)

También, se dio inicio y desarrollo a proyectos de recuperación de escenarios para las actividades físicas, deportivas, culturales y artísticas. De igual forma, se desarrollaron  y consolidaron programas de la recién creada División de Acompañamiento Integral por medio de convocatorias para  una mesa de trabajo del nivel nacional y de la sede  cuyo objetivo fue  el desarrollo del Protocolo para la prevención y atención de casos de violencias basadas en género y violencias sexuales en la Universidad Nacional de Colombia.

Se avanzó en el aumento de coberturas de apoyos de alojamiento y trasporte para estudiantes. También, se  iniciaron obras de adecuación de la infraestructura del IPARM; el mantenimiento y convenio con Instituto de Bienestar Familiar y el Jardín Infantil; el fortalecimiento de la comunicación con diferentes sectores de la población estudiantil mediante el Programa de Convivencia y Cotidianidad; la implementación de la cátedra de egresados mediante la articulación de las Direcciones Académica y de Bienestar; el continúo plan de acciones de Bienestar para docentes y administrativos con el apoyo de CAFAM; la consolidación de Capilla como espacio de bienestar espiritual mediante celebraciones religiosas de varios cultos, primera escucha, presentación de ensambles del conservatorio de música y grupos de voluntariado.

E.P.: Durante todo estos años como director ¿Qué se lleva en su mente y corazón de la Dirección de Bienestar Universitario de la Sede Bogotá?

O.O.G.: El trabajo comprometido y solidario durante la Pandemia del SARS-CoV-2, de las Direcciones de Bienestar de las Facultades y de la Sede. A pesar del confinamiento por meses, los Directores de las Facultades y de Sede con sus equipos de trabajo se articularon para atender necesidades urgentes (mercados, transferencias bancarias, tarjetas de datos) y mantener estrategias de atención por diferentes medios (plataformas virtuales, correo electrónico, teléfono).

Además, tengo inmensa gratitud y me siento muy honrado, por los saludos de reconocimiento por parte del Consejo de Sede Bogotá y por el equipo humano de la Dirección de Bienestar de Sede con sus áreas y dependencias.

E.P.: ¿Qué le dice a los miembros de la Dirección de Bienestar Universitario?

O.O.G.: Los miembros de la Dirección de Bienestar Universitario de la Sede Bogotá, hacen un trabajo profesional desde cada una de sus  Divisiones  o Dependencias adscritas, siguiendo los lineamientos normativos del Consejo Nacional de Bienestar que definen las estrategias propias de cada uno de los programas. Es un trabajo constante pero que es invisible para la mayoría de los miembros de la comunidad universitaria y para otros es percibido como una serie de acciones que se desarrollan en el campus. A los miembros de los equipos de Bienestar les expreso respeto y agradecimiento por su trabajo, y creo que es necesario buscar espacios de reconocimiento de su papel en la convivencia de la comunidad universitaria y en el soporte a las actividades académicas.

E.P.: ¿Qué le quiere decir a la Comunidad UNAL en general acerca de la importancia de aprovechar lo que Bienestar Universitario les brinda todos los días para una formación integral como profesionales y seres humanos?

O.O.G.: Al expresar mi opinión respecto a la importancia del Bienestar Universitario para la formación integral, debo precisar que es una consideración para discusión con otros miembros de la comunidad académica comprometidos con la formación integral, para que los programas de Bienestar Universitario sean considerados como espacios y oportunidades que aportan a la formación integral, es necesario darles una valoración en la formación universitaria o en la concepción de “buen vivir”, que supere una definición de actividad “Asesoría para el manejo del tiempo libre” o de actividad dirigida a personas con vulnerabilidad socio-económica.

 El tránsito por la Universidad debe superar el enfoque profesionalizante y brindar oportunidades para crecer tanto en la dimensión del conocimiento como en la experiencia de una vida saludable, sensible a las expresiones artísticas y solidaria frente a la necesidades de una sociedad desigual.

E.P.: ¿Qué le quiere decir a la nueva directora de Bienestar Universitario, profesora Yuly Edith Sánchez Mendoza acerca de este nuevo reto que comienza?

O.O.G.: Aprovecho este espacio para saludar a la Profesora Yuly Sánchez Mendoza y augurarle que su gestión en la Dirección de Bienestar de la sede Bogotá esté plena de logros que impacten la formación humana y la calidad de vida de los miembros de la comunidad universitaria, desde el tránsito temporal de los estudiantes, hasta los periodos de permanencia prolongados y propios de los docentes y funcionarios administrativos.

Natalia Romero P