El pasado mes de mayo la UNAL participó en el V Encuentro Internacional de Rectores Universia en Valencia España. El evento se realizó bajo el lema “Universidad y Sociedad”, donde participaron alrededor de 700 rectores y representantes académicos de 14 países. Así mismo, 14.000 estudiantes y egresados participaron con propuestas y soluciones innovadoras a nivel mundial acerca de la temática tratada. El egresado de la UNAL Diego Armando Ospina fue representante de la Universidad en este encuentro y en entrevista con En Plural nos habló acerca de lo significó representar a la institución, el mensaje que quiso resaltar en el evento, etc.
En Plural: ¿Cuéntenos usted es egresado de la UNAL de qué programa académico y en qué año?
Diego Armando Ospina: Soy Zootecnista de la Sede Bogotá.
E.P.: Sabemos que en el mes de mayo participó en el V Encuentro Internacional de Rectores Universia en España, bajo el lema Universidad Sociedad. ¿Qué significó para usted representar a la UNAL en un evento como este?
D.O. : Este evento se realizó entre el 8 y 10 de mayo, y dentro del mismo contexto, los ganadores de la beca Young Leaders for Education teníamos acceso directo para participar. Este es el evento más grande del mundo en su tipo, y sus conclusiones se recogen en la Declaración de Valencia (2023), con el compromiso de que los países participantes avancen hacía una sostenibilidad integral.
Cerca de 30.000 estudiantes y egresados de universidades de diferentes áreas del mundo se presentaron para obtener un cupo, y los 60 mejores según un exigente jurado, estarían en la beca y posteriormente en el encuentro. De Colombia tan solo 3 egresados contamos con esta distinción, cada uno representando a su respectiva universidad, y por supuesto, la marca de la UNAL no podía faltar, y en esta ocasión yo asumí el rol de promoverla lo cual es algo que me genera mucho orgullo.
E.P.: ¿Cómo fue el proceso para que usted fuese el representante de la UNAL en este evento internacional?
D.O.: En la versión V del encuentro se abrió la posibilidad de incluir estudiantes y egresados, pues su punto de vista es fundamental para optimizar una estrategia y una ruta de innovación en la educación para los años venideros. El proceso de selección fue relativamente sencillo, estar inscrito en la plataforma del Banco Santander, el patrocinador más importante, y cumplir los pasos, que incluían pruebas diagnósticas y técnicas, análisis de perfil y hoja de vida. También, finalmente la presentación de un proyecto con una solución innovadora y realista sobre alguno de los tres ejes del evento.
Yo participé por el eje “Formación a lo largo de la vida”, por considerar que una solución, que permita conectar de manera efectiva los conocimientos adquiridos a lo largo de la historia de una persona con sus decisiones más críticas, puede generar un impacto sobresaliente a nivel individual y como sociedad.
E.P.: ¿Cuál es su trayectoria profesional y laboral?
D.O.: He ejercido mi carrera priorizando el bienestar social y de los mismos animales. Actualmente, colaboro en el área de Comunicaciones, Identidad y Relaciones Corporativas de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria.
E.P.: Teniendo en cuenta que el evento aportó a soluciones alrededor de una sociedad más inclusiva, justa y sostenible ¿Cuál fue el mensaje que usted aportó y resaltó en este evento como representante de la UNAL?
D.O.: La UNAL no es una Universidad común, sino que lleva sobre sus espaldas la responsabilidad de liderar la educación pública superior de todo un país. Por eso vale la pena hacer énfasis en una obviedad, cualquier universidad puede admitir y educar a cualquier tipo de estudiante, que esté en capacidad de cumplir los requisitos y contar con el músculo económico para mantenerse. Pero solo una universidad pública tiene protagonismo para darle la oportunidad a unos pocos desamparados con la suerte de ingresar.
Los estudiantes y egresados de países desarrollados se sorprenden, y al mismo tiempo admiran, cuando conocen la realidad en que se desarrollan muchos estudiantes latinoamericanos. Entender que los temas de moda como sostenibilidad e inclusión, requieren adaptaciones estructurales y apoyo internacional en Latinoamérica, es fundamental para un cambio virtuoso y genuino de la educación superior en el mundo.
E.P.: ¿Qué cree usted que hace falta en las universidades de Colombia acerca de tener cada vez más una sociedad más incluyente, justa y sostenible?
D.O.: Se puede decir que las universidades públicas han existido por mucho más tiempo, y que las universidades privadas son relativamente nuevas. En la actualidad, muchas personas consideran que la presencia de universidades privadas es una consecuencia natural de la ley de la oferta y la demanda. Sin embargo, en Colombia muchas ya son tradicionales y han implementado estrategias para darle la mano a poblaciones marginales y vulnerables.
En la universidad pública, de manera general, se nota un efecto contrario. Su capacidad de acoger población en situación de pobreza o miseria se ha estancado en los mismos porcentajes o incluso ha disminuido. De igual manera, se ha estado perdiendo la resistencia a la privatización. Esa tendencia a la estandarización y la restricción, contrarios a su rol, hace perder de vista valores importantes de la universidad pública, y que están precisamente por fuera de las estadísticas.
Ser egresado de universidad pública ha perdido poco a poco el impacto en los diferentes escenarios profesionales y laborales, lo que significa que ya no existe un producto diferencial. Analizar y replantear la identidad y la importancia de la universidad publica en la sociedad, y su complementariedad con las instituciones privadas, es la clave para solucionar la pregunta planteada.
E.P.: ¿Qué les dice a los directivos y en general a la comunidad UNAL acerca del trabajo que hay que realizar desde la academia para generar una sociedad cada día más inclusiva?
D.O.: Aunque todas las instituciones deben garantizar el derecho fundamental a la educación, extendiendo a la superior, en Latinoamérica el primer respondiente es la universidad pública, y en Colombia, la UNAL como cabeza visible tiene un papel protagonista. Como opinión personal, el único indicador para medir el impacto de una institución de educación superior en la sociedad es el número de estudiantes graduados, que están por debajo del SISBEN o en grupo A, pues esto es lo único que rompe los ciclos de pobreza de un país. Cualquier otro tipo de graduado se obtiene en cualquier institución.
E.P.: ¿Cuáles son sus expectativas o reflexiones finales después de esta participación?
D.O.: Al compartir espacio con personas de otros países, uno puede darse cuenta de que al igual que en Colombia, varios son muy receptivos a trabajar en las problemáticas, pero lamentablemente muchas personas prefieren evitar el desgaste de comprometerse en temas complejos. La pobreza latinoamericana es uno de esos temas, y no por gusto, yo hago parte de esa estadística, la única familia que conocí fue la materna, y ellos, con la limitación de ser analfabetas simplemente sobrevivían, así que desde niño asumí el rol de ser cabeza de familia, y es este mismo impulso, el que me lleva a reflexionar sobre los cambios en el país.