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Hombres y mujeres en busca de la equidad

23 de marzo de 2018

Los padres, la crianza, las creencias, así como la educación influyen en las diferencias marcadas que existen entre el género masculino y el femenino. En Plural dialogó con Fabián Sanabria, profesor del Departamento de Sociología de la U.N. y exdirector del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH) acerca del papel de hombres y mujeres en la sociedad y la importancia de desvirtuar algunos mitos y creencias.

En Plural: En la sociedad se perciben algunos mitos entre hombres y mujeres. ¿Qué tan cierto es y cómo se puede desvirtuar este tipo de situaciones?

Fabián Sanabria: Yo creo que lo más importante es la equidad y creo que los roles se están recomponiendo geométricamente en el mundo contemporáneo. Así como se dio una liberación femenina, se requiere de una liberación masculina. Necesitamos amos de casa, hombres que sepan fritar huevos, cocinar, hacer el desayuno, cambiar bebes. Hombres que sepan que un día la mujer se les puede declarar y los puede dejar. Eso es supremamente importante, hombres que se queden cuidando a los niños y  las mujeres también que aporten al hogar y que sean presidentas, rectoras y hasta directoras. Todo esto, es fundamental dentro del rol de la sociedad.

E.P.: ¿Considera que a los hombres se les trata con bastante firmeza?

F.S.: Sí así es y normalmente al mayor de la casa. Eso tiene que ver con la estructura familiar. Al chiquito de la casa le alcahuetean un poco pero el que reproduce el apellido de la familia, por decirlo de alguna manera, al hijo mayor lo tratan duro. Este tipo de tradiciones a lo único que conducen es a usurpar el derecho a la intimidad ajena, es decir a ser machistas. Necesitamos desde la más temprana infancia, desde la escuela, desde el jardín que los niños jueguen con muñecas y las niñas con balones. Que los niños no solo sean de “azulito” y las niñas de “rosadito” sino que se manejen las cosas también a la inversa. Esto nos permitiría tener un avance en los roles y ser un poco más libres en la sociedad.



“Pienso que desde la Universidad Nacional la inclusión debe ser cada vez mayor. Estamos propendiendo por un alma máter más incluyente y eso es fundamental para ser más libres y tranquilos en la sociedad”.

 

E.P.: ¿Qué les dice a los hombres de la comunidad universitaria en cuanto a la igualdad de género?

F.S.: Los hombres somos seres humanos como cualquiera. Yo pienso que los hombres evidentemente debemos ser más tiernos. Aprender a no temer, a no temer a nuestras afectaciones. Debemos aprender a reconocer nuestra debilidad. Eso de ser el “machito del paseo” es ridículo, hay hombres que no pueden llorar porque son hombres, eso es absurdo, somos seres humanos como cualquiera y sentimos y nos duelen las cosas.

Es totalmente desatinado creer que las sabemos todas en política y fútbol y que por ser hombres somos los únicos que sí conocemos de estos temas, y sabemos que las mujeres nos dan sopa, seco, sobremesa y postre en temas de altísimo liderazgo.

Yo pienso que los hombres debemos volver un poco más hacia lo íntimo, la cocina, tender la cama, entre otras más, Es increíble que haya hombres que la esposa les tenga que combinar las medias y la ropa porque son incapaces de la estética, de desarrollar el gusto, la belleza y saberse combinar. La belleza no sólo es femenina, también es masculina. Los hombres debemos aprender a reconocer la belleza masculina sin necesidad de ser homosexuales o sin necesidad de que nos gusten otros hombres.

Es muy bello cuando un hombre dice “qué tipo tan pinta”, las mujeres sí tienen esa libertad. Yo pienso que poco a poco vamos aprendiendo desde el bienestar, desde las campañas y desde las brigadas.

E.P.: ¿Cuál es su opinión acerca de la inclusión y los mecanismos que ha venido trabajando la Universidad Nacional de Colombia para llegar a una igualdad?

F.S.: Pues hay mucho miedo y ese miedo es a entender que más que la igualdad es la equidad. Por ejemplo, si una persona es más gorda come más y si hay una más delgada come menos y si le doy a las dos la misma porción estoy siendo injusto? Realmente se ha olvidado que hay gente que tiene más cualidades, más capacidades, otros somos más retraídos, más tímidos en fin. Hay que darle a cada cual lo que le corresponde según su naturaleza y forma.

Debemos trabajar en equidad y eso es más inclusión. Hablando de inclusión, por ejemplo en temas políticos y religiosos no puede haber una religión o una corriente política que prime sobre las demás. Por eso he predicado y he dicho que me alegra que al lado del “Ché” esté Jaime Garzón, pero también tenemos que poner a León de Greiff, pues la universidad no tiene solamente a un solo Dios en la Panteón. Considero que la Universidad ya empezó a trabajar en cosas puntuales y eso es  muy importante.



“Tenemos que abrirnos, reconocer nuestras tradiciones. La U.N. está trabajando en eso y es importante. Yo he predicado que como se es por dentro, se es por fuera. Tenemos que aprender a reconciliarnos y a respetarnos con nuestras diferencias”.

E.P.: ¿Qué le dice al género masculino, especialmente a los hombres de la U.N. para que no se sientan excluidos?

F.S.: Por supuesto que no deben sentirse así. Un hombre puede ser “machito” pero también es un ser virgen. Es tierno, puede y debe llorar, puede quebrarse, puede reconocer que también es débil, tiene que sacar las emociones. Debemos ser conscientes que en momentos  necesitamos una mujer que nos oriente, como las mamás o como las novias. Hay mujeres que mandan en la casa porque los hombres son más vulnerables que ellas. Hay que reconocer que no nos las sabemos todas y entre todos estamos llamados a recomponer los géneros, los roles y a sacar adelante este país polarizado y descuadernado.

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