Abrazos diarios: Los abrazos corresponden a manifestaciones de afecto y si se realizan a diario se convierten en vitaminas para la formación afectiva de los pequeños. Abrazarles les da seguridad y acompañamiento en todas sus actividades diarias. En promedio se debe abrazar 12 veces al día

Jugar: Compartir y jugar con los niños es fundamental para su desarrollo. Despierta la cooperación y el compañerismo. Así mismo, estimula las endorfinas y las oxitocinas (hormona producida por el hipotálamo que ejerce funciones como neuro modulador en el sistema nervioso central) haciendo que la risa sea un hábito importante para evitar ansiedades y trastornos de aburrimiento y desinterés en los pequeños.

Escuche y empatice: Mantener una escucha activa mientras habla con otras personas significa respeto. La conexión empieza desde la escucha. Ver las cosas desde la perspectiva de los hijos permitirá que pueda aconsejarle y buscar soluciones efectivas frente a cualquier situación que le comparta.

Disminuya la velocidad y saboree el momento: Comparta momentos de calidad con su hijo. Las tareas diarias no se deben convertir en funciones mecánicas sin interactuar y disfrutar con los pequeños. Al lavarse las manos, al prepararle la merienda recuérdele lo importante que es en su vida. Valore cada instante con ellos y ellos a su vez lo harán con usted.

Emociones: Dele la confianza a su hijo de expresar sus emociones. Exteriorizar es muy importante, de lo contrario las emociones controlarán su comportamiento. Reconozca todas sus emociones y bríndele comprensión y el tiempo suficiente para que le cuento sus cosas, así crecerá seguro y con la confianza de la amistad única de su padres.

Basado en Rutinas que fortalecerán la relación: padre- hijo.

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