Utilizar el preservativo. Es fundamental hacer uso de los condones porque reducen el riesgo de enfermedades de transmisión sexual y el embarazo con una fiabilidad de hasta el 99%.

 Orinar después de la relación sexual: Lo mejor es ir al baño después del contacto sexual para permitir que los microbios salgan y no suban a la vejiga de la mujer.  

Ser higiénico con su cuerpo y elementos: Durante una relación sexual lo ideal es que el cuerpo, los genitales y los elementos a utilizar durante la relación estén aseados y limpios por respeto al otro y para evitar infecciones.  

Pregúntese cuál es el propósito para tener una relación sexual: Haga un alto en el camino e interróguese a usted mismo, qué tipo de finalidad tiene con una relación sexual, ¿es placer? ¿es cariño, compromiso y respeto hacia usted y la otra persona? Pregúntese para saber qué tipo de sentimiento tiene hacia usted y al otro, sin olvidar que está involucrándose con un ser humano al que debe respetar.

Lavar manos y uñas: Hágalo antes y después de tener sexo para reducir la exposición a gérmenes y bacterias.

Utilizar ropa interior limpia: En caso que durante el día se realicen muchas actividades que generan sudoración excesiva, se debe lavar o cambiar la ropa interior para evitar irritaciones e infecciones.

Examinar los genitales con regularidad: Revisa si hay presencia de verrugas, ampollas o cualquier otro cambio para descartar presencia de alguna enfermedad de transmisión sexual.

Hablar con tu pareja sobre las enfermedades de transmisión sexual: Lo ideal es que ambas personas utilicen protección hasta que ambos pueden hacer las pruebas de ETS y decidir el nivel de exclusividad que comparirán.

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