En una encuesta realizada a 381 estudiantes sobre el impacto del beneficio en su calidad de vida, el 98% ratificó la importancia de tener garantizada al menos una comida al día.

Por ello y con el fin de optimizar su distribución, y en vista de los largos periodos que permanecen los jóvenes en el campus, este primer semestre de 2013 se realiza una prueba piloto que les permite decidir cuál de las tres comidas quieren recibir a lo largo del período académico: desayuno, almuerzo o cena.

“Con esta iniciativa no sólo se pretende ayudar a los más vulnerables de la Universidad, sino contribuir a que la vulnerabilidad socioeconómica no sea un impedimento para su egreso exitoso”, resalta Freddy Rodríguez, coordinador del Programa.

Aunque de los 782 beneficiarios de este semestre, el 96,5% se inclinaron por el almuerzo, 2,0% por cena y 1,4% por desayuno. “El proyecto en un futuro próximo le apunta a que los estudiantes puedan escoger cada día entre una de las tres opciones, ya que tienen horarios y necesidades diferentes”, explica Rodríguez.

Para 2013-1 estudiantes de las 11 facultades están recibiendo alguna de las tres comidas diarias y el número de adjudicados es proporcional al tamaño de cada facultad. Por ejemplo Ingeniería cuenta con 212, seguida de 108 en Ciencias, 89 en Ciencias Económicas, 87 en Ciencias Humanas y 82 en Medicina.

Con menor participación se encuentran Artes con 36 adjudicados, Medicina Veterinaria y de Zootecnia con 32, Agronomía y Odontología con 31 respectivamente, Derecho, Ciencias Políticas y Sociales con 28, y finalmente Enfermería con 19.

Lo anterior sin contar a los nuevos beneficiarios que esperan adjudicarse en el marco de la convocatoria pública 2013-01.

Alimentación acorde a las necesidades

Un alto porcentaje de los estudiantes de la UN provienen de estratos 1, 2 y 3 donde las carencias abundan y los recursos económicos escasean, a tal punto que los jóvenes se encuentran en la disyuntiva de qué hacer con el poco dinero que traen a la Universidad: sacar las fotocopias para la clase o comer algo para pasar la jornada.

“Algunos días tengo clase desde las 7:00 a.m. hasta las 6:00 p.m., y vivo muy lejos como para irme a la casa y volver, así que debo permanecer casi 12 horas en el campus, y mi única comida en ese lapso es el apoyo alimentario”, explica Claudia Yepes, futura contadora pública.

Los beneficiarios reciben durante todo el período académico, los cinco días hábiles de la semana un desayuno, un almuerzo o una cena nutricionalmente balanceados para población joven, según lo dispuesto por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar ICBF, que puede ser tomado en los expendios de alimentos Campus, Odontología, Ciencias Económicas y Hemeroteca.

En la actualidad los cuatro restaurantes funcionan con el sistema de huellero digital, a través del cual los beneficiarios se identifican para recibir su almuerzo, y el Programa lleva el control de quiénes hacen uso del beneficio.

Gracias a este mecanismo que está funcionando en pleno desde el 2012, la entrega de los alimentos es mucho más ágil y eficaz, y evita además que se presenten suplantaciones o pérdida de alimentos y recursos.

Sumado a este avance, desde el Área se trabaja para mejorar día a día la calidad del apoyo. “Cada semana hacemos visitas a los restaurantes, con el fin de evaluar la calidad de los alimentos y la atención, y si hallamos no conformidades, estas son reportadas a los administradores y se inicia un Plan de Mejoramiento que vela por superarlas”, afirma Rodríguez.

En la encuesta aplicada en 2012 también se indagó sobre la percepción de los beneficiarios frente al apoyo. Los resultados son satisfactorios. En términos generales, alrededor del 83% de los 381 encuestados calificaron la alimentación recibida entre buena y excelente, atendiendo a criterios como sabor, color, temperatura y variedad de los alimentos.

Con respecto al servicio que reciben en los cuatro restaurantes, el 84% de los jóvenes coincidieron en que es bueno y excelente, tomando como referencia atención, rapidez, presentación y aseo del lugar y el personal que allí labora.

En la actualidad existen dos formas para adquirirlo, una es a través de los recursos propios de la Universidad y la otra haciendo uso de inversiones o donaciones por parte de cooperativas y organizaciones privadas sin ánimo de lucro, las cuales acuerdan con la Universidad las particularidades del apoyo.

Los requerimientos varían, pero en el caso de cooperativas son: ser estudiante de pregrado activo de la UN, pertenecer a los estratos 1,2 y 3, ser egresado de un colegio público, poseer un PAPA igual o inferior a 20 puntos, no pertenecer a ningún otro programa alimentario, no estar matriculado en otra institución de educación superior, no recibir apoyos socioeconómicos superiores a un SMMLV, entre otros.

Quienes reciben la alimentación con recursos de funcionamiento de la Universidad pueden continuar con esta durante toda su carrera, siempre y cuando cumplan todos los requisitos. En el caso de los fondos externos, el auxilio dura el tiempo que las cooperativas mantengan sus inversiones.

Pero así como cada estudiante obtiene este beneficio, es importante que ellos cumplan con 20 horas de corresponsabilidad, que se pueden desarrollar apoyando actividades culturales, deportivas, académicas, investigativas, administrativas y de bienestar relacionadas con la vida universitaria.

Si el estudiante beneficiario no cumple con su corresponsabilidad estará temporalmente retirado del apoyo para volver a recibir los alimentos. Lo mismo sucede si la persona deja de asistir a recibir los alimentos durante cinco días consecutivos y sin justa causa. Al respecto, Freddy Rodríguez coordinador del Programa recomienda a los estudiantes asistir cumplidamente a recibir su almuerzo, desayuno o cena, ya que en 2012-2 de los 78.480 bonos contratados, sólo fueron reclamados 45.638.

Las personas interesadas en recibir el apoyo alimentario deben estar atentas a las convocatorias semestrales que hace el Área y que se publican en la página web de Bienestar: www.bienestarbogota.unal.edu.co

Sin embargo los cupos son limitados y existe prioridad para las personas con mayor vulnerabilidad socioeconómica por desplazamiento forzado, violencia, discapacidad física, damnificados de desastre natural, ser padre o madre, estar en situación de embarazo o pertenecer al Programa de Admisión Especial – PAES o de Movilidad Académica - PEAMA de la sedes de presencia nacional.