Campus UNAL , junio 04 de 2024.
En el marco del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, celebrado el pasado 28 de mayo, la Dirección de Bienestar de la Facultad de Ciencias Humanas emprendió una convocatoria para abordar la menstruación desde una perspectiva situada, sensible, diversa que desafía los mitos, tabúes y estereotipos que existen sobre el tema.
El objetivo principal de esta iniciativa es visibilizar la menstruación como un proceso natural y saludable, libre de discriminación y cercano a los procesos de autoconocimiento. Además, pretende sumarse a los esfuerzos por visibilizar la menstruación como una parte importante del bienestar en la comunidad universitaria. Se trata de una acción colectiva para abordar las problemáticas relacionadas con la menstruación en la Facultad de Ciencias Humanas (FCH).
A través de la convocatoria Hablemos de Menstruación, el Área de Asuntos de Género de la FCH invitó a estudiantes, docentes, administrativas/os, personas menstruantes y no menstruantes a narrar sus experiencias y anécdotas alrededor de la menstruación a través de un correo electrónico o un mensaje privado en su cuenta de Instagram (@bienestarfch_unal). Entre algunas narraciones recibidas, se destacan las siguientes:
“Yo me desarrollé de muy pequeña, no tenía ni 11 años. Recuerdo que mi mamá me había hablado del tema unos meses antes, yo tenía toallas y sabía cómo usarlas así que no fue tan difícil asimilar el periodo. Sin embargo, el nivel hormonal que tenía era demasiado, al punto en que sangraba muchísimo más de lo que debería y tenía que usar toallas enormes e incómodas, eso sí fue realmente lo difícil del proceso. Sumado a esto, siempre fui (aún un poco) muy irregular con las fechas de cada periodo, aunque nunca he sufrido de cólicos, siempre me da dolor en la cintura y en ocasiones este imposibilita que realice ciertas actividades físicas. Ante todo esto lo supe llevar, pero durante la pandemia duré casi un año sin menstruar, esta fue la primera alarma puesto que estaba 100% segura que no era un embarazo y sabía que mi ciclo andaba mal, así que apenas pude fui a cita médica y a hacerme exámenes, el diagnóstico: Síndrome de Ovarios Poliquísticos (SOP)”.
El testimonio anterior pone de relieve una realidad preocupante: la falta de atención y desconocimiento sobre la menstruación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el caso específico del Síndrome de Ovario Poliquístico (SOPQ), hasta el 70% de las mujeres afectadas a nivel mundial no están diagnosticadas.
Esta enfermedad infradiagnosticada se asocia a diversos problemas de salud de larga duración que podrían generar consecuencias negativas tanto en el bienestar físico como emocional de las personas menstruantes. En tal sentido, la Universidad tiene la responsabilidad de sumarse a la creación de acciones operativas y pedagógicas que procuren la salud menstrual. Brindar atención a la presencia de personas con SOPQ en el ámbito universitario representa una apuesta por el bienestar integral de la comunidad.
Asimismo, otro relato que recibimos fue el siguiente:
“Cuando era pequeña sufrí violencia sexual por parte de un familiar, esto fue de manera repetitiva desde que tengo memoria, tal vez desde los 4 años hasta que me llegó mi menstruación a los 10 años, en ese momento paró y aunque sé que no fue mi culpa y que no debió pasar nunca, amo mi menstruación porque marcó el fin de algo horrible. Sí, siento dolor e incomodidad a veces pero he aprendido que es algo lindo, desde entonces de una manera no relacionada con un posible embarazo (porque tengo la ligadura de trompas) me siento feliz y aliviada, lo relaciono con algo lindo, con tranquilidad. También uso la sangre para ponerla en mis plantas, las pone super lindas, recomendado”.
La Dirección de Bienestar Universitario de la facultad, extiende un agradecimiento a las personas que compartieron sus relatos. Celebran su conexión con la experiencia menstrual, su capacidad de resiliencia y sus aportes para contribuir a romper mitos sobre la menstruación.
Sin duda, aún persisten muchos desafíos en materia de derechos humanos para las niñas, mujeres, y población LGBT, entre los que se incluyen los derechos menstruales. En conversación con la psicóloga social y profesional en Asuntos de Género, Samantha Luis Román, se exploraron algunos desafíos referidos a la experiencia menstrual en instituciones de educación superior:
“Entre los retos que existen en las universidades y que dificultan la vivencia de una menstruación digna, existen factores importantes como la escasez o la poca disponibilidad de productos menstruales, a lo que se añade los altos precios que, en ocasiones, las personas menstruantes no pueden costear. Asimismo, existen problemas de infraestructura que se traducen en baños insuficientes o poco accesibles para las personas menstruantes. Otra situación, que se vive en las universidades y en todos los espacios es la discriminación o acoso que enfrentan las personas menstruantes en cuanto a tabúes o estereotipos asociados a la menstruación, entre ellas, burlas, insultos, comentarios relacionados con el ánimo de las personas, que se traducen en las violencias basadas en género (VBG). Estas problemáticas impactan negativamente el bienestar físico y emocional”, aseguró la profesional.
En respuesta a uno de los retos planteados por Samantha, en relación con la disponibilidad de productos menstruales en las universidades, se resalta la iniciativa de la Red Estudiantil sobre Temas de Género de la UNAL. A través de su proyecto Menstruando ando en la UN, esta red ha desempeñado un papel fundamental en la visualización de los puntos de acceso a productos menstruales dentro del campus universitario de la Sede Bogotá.
A continuación, se detalla la información recopilada:
Edificio 103 Centro polideportivo: disponibilidad de toallas higiénicas.
Edificio 205 Sociología: disponibilidad de toallas higiénicas.
Edificio 212 Aulas de Ciencias Humanas: disponibilidad de toallas higiénicas.
Edificio 311 Facultad de Ciencias Económicas Bloque II: disponibilidad de toallas, protectores, tampones y pañitos húmedos.
Edificio 314 SINDU: disponibilidad de toallas higiénicas.
Edificio 404 Matemáticas y Física Yu Takeuchi: disponibilidad de toallas, protectores, tampones y pañitos húmedos.
Edificio 451 Química: disponibilidad de toallas, protectores, tampones y pañitos húmedos.
Edificio 471 Medicina: disponibilidad de toallas higiénicas.
Edificio 481 Veterinaria: disponibilidad de toallas, protectores, tampones y pañitos húmedos.
Edificio 500 Ciencias Agrarias: disponibilidad de protectores diarios y toallas higiénicas.
El grupo estudiantil destacó esta iniciativa como una de sus estrategias destinadas a fomentar el cuidado colectivo y la salud menstrual en el campus universitario. Especialmente porque la menstruación puede presentarse en momentos inesperados y no todas las personas se sienten cómodas con los mismos productos de higiene menstrual. Por lo tanto, contar con esta información a propósito de disponibilidad y producto, puede resultar muy útil.
Desde la Dirección de Bienestar Universitario, Sede Bogotá, se apoyan estas iniciativas en pro de la salud y protección de los derechos de las mujeres y personas menstruantes de la comunidad UNAL. Adicionalmente, invitan a sumarse a este esfuerzo siguiendo las cuentas de @bienestarfch_unal y @ungen.unal en Instagram, donde reside información valiosa a propósito de esta y otras iniciativas de bienestar.
Juliana Pacheco jpacheco@unal.edu.co NR jromeropo@unal.edu.co
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