Uno de los orgullos más grandes en mi vida es el ser un egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia. 

No fue sino hasta después de que me había graduado como médico y cirujano que me di cuenta el inmenso valor de una formación integral como la que me ofreció mi Alma Máter. El poder ejercer básicamente en casi cualquier área de la medicina (gracias a sólida teoría y ejemplar práctica en nuestros hospitales) o en su defecto en cualquier situación ya sea un hospital de tercer nivel o un pequeño puesto de salud a más de seis horas de otro hospital de mayor nivel nos convirtió en profesionales versátiles y sensibles a la práctica de la medicina.  Esto se hizo aún más patente al viajar fuera del país y darme cuenta que la teoría y práctica recibida en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional me hacían una colección de cualidades entre las que destaco el razonamiento crítico y la toma de decisiones basadas en rápida evaluación de riesgos. Tanto conocimiento entregado a nosotros por un cuerpo docente inigualable y marcado indeleblemente en nuestras memorias y corazones a través de prácticas en los mejores hospitales de nuestro territorio nacional.

Después de haber salido del país y al establecerme en los Estados Unidos, todas estas cualidades y fortalezas comenzaron a ser más evidentes y me dieron la suficiente confianza de encarar nuevos retos, con la certeza que podría salir adelante. Decidí, entonces, ejercer en un área en la cual tuve formación pero nunca pensé practicar: Salud Pública. Me fue ofrecida la oportunidad de estudiar en la escuela de salud pública de la Universidad de EMORY – Rollins School of Public Health, una de las más reconocidas en el suroriente de los Estados Unidos en donde recibí un máster en salud pública con concentración en el manejo de resultados clínicos.

Antes de terminar mi formación logré exitosamente desplegar uno de los más completos sistemas de vigilancia sindrómica y de informática clínica en el Estado de Georgia. Además de este proyecto, decidí incursionar en la educación superior y comencé a dictar clases en línea para la Universidad de Walden.  Al mismo tiempo doy clases para Facultad de Medicina de la Universidad de Mercer, en el programa de máster de salud pública en la rama de Epidemiología de las Enfermedades Infecciosas y Bioterrorismo.

Después fui nominado por la Asociación de Salud Pública del Estado de Georgia y elegido como el ganador del premio ‘Sellers – McCroan” 2009 (máximo reconocimiento en Epidemiologia) por logros excepcionales. En el 2010 fui seleccionado como uno de los trece participantes de un grupo avisor en informática en salud pública para la Asociación Nacional de Oficiales de Salud de Ciudades y Condados NACCHO (National Association of County and City Health Officers).

Todos estos logros y reconocimientos han sido posibles gracias a la formación impartida por la Facultad de Medicina de La Universidad Nacional, la gran calidad de sus docentes, el compromiso de sus empleados, y la confianza de nuestros queridos pacientes.